Escribamos prácticamente el mismo guion de cada partido. Con las sensaciones frescas de la jornada anterior, donde parecía que el Deportivo apuntaba una leve mejoría en el aspecto defensivo, ayer, tras el partido de Cornellá, parece que toca volver a la realidad del Deportivo de los últimos ¿meses?

Una autopista por el carril central permitió a Gerard Moreno recibir de espaldas entre líneas, girar y buscar una salida de balón a la banda derecha, desde donde Víctor Sánchez, casi con la misma facilidad puso un centro que Baptistão convirtió en el 1-0 rematando prácticamente sin oposición.

De nuevo facilidades en defensa, cada centro al área, tanto a balón parado como en acciones en movimiento, era conectado por algún futbolista del equipo local. Y si no, el infortunio acudía a su cita haciendo que un balón dentro del área rebotase en Arribas desviándose a la red. 2-0. Claro que esto no ocurre por casualidad, tanto va el cántaro a la fuente...

Y es que los males defensivos del Deportivo se volvieron a repetir ayer; quizá más propiciados esta vez por los cambios, tanto en la alineación como en el aspecto táctico. Con un equipo que parecía pensado más para defender desde la posesión, lo cierto es que pasaban los minutos de la primera parte y el Deportivo no conseguía hacerse con el balón. Con Emre Çolak bajando a iniciar el juego por delante de los centrales y Valverde escorado a la banda se producía un cortocircuito en el enlace con Lucas, aunque a veces tanto el uruguayo como Fede Cartabia intentaban conectarse por dentro.

Solo en el tramo final de esta primera parte el Dépor consiguió equilibrar un poco el juego, que no el resultado, puesto que el 2-0 permanecería hasta el descanso.

En la segunda parte Valverde pasa a ser el encargado de iniciar el juego donde antes lo hacía Çolak, desdoblándose defensivamente hacia la banda. Esto permitió que Emre se situara más cerca de Lucas y pudiera ser enlace por dentro en la zona de ataque del Dépor. Había más conexión y el Deportivo se hizo con el balón, Valverde por dentro daba criterio y cierta velocidad a la circulación del balón. Por la banda Luisinho percutía con generosidad y decisión, y así llegó la jugada del esperanzador 2-1.

Eran los mejores momentos del equipo, en los que en realidad parecía que funcionaba según la idea con la que había sido concebida esta alineación. Todo parecía más lógico con la variante realizada durante el descanso. Pero el fútbol también contempla cobrarse facturas por errores, y el Dépor pagó el 3-1 con uno tan inesperado por el discurrir del partido en esos momentos como por lo ingenuo del mismo.

Fin del partido, tomemos el molde y? más de lo mismo en lo vital, en competir. En definitiva, un Deportivo falto de contundencia defensiva y ofensiva, volvió a tiempos pretéritos nada lejanos. De nuevo las áreas, y despreciar 60 minutos de partido, le han penalizado.