Manolo Márquez explicó que renunció a su cargo como entrenador de la Unión Deportiva Las Palmas por "honestidad y dignidad", porque se sentía "desubicado", ya que no ha logrado trasmitir a los jugadores lo que pretendía.

El ya extécnico del equipo canario, al que continuará ligado en el fútbol base de la entidad, aseguró que es una "dimisión en toda regla", descartando que desde el club le hayan sugerido marcharse, así como que su decisión no tiene nada que ver con la derrota del pasado domingo ante el Leganés.

Tampoco siente que haya fracasado, ni considera que su marcha sea un acto de cobardía antes de visitar el próximo domingo al Barcelona, líder del campeonato, después de encajar cuatro derrotas en seis partidos y las dos últimas de forma consecutiva, aunque el equipo amarillo esté fuera de los puestos de descenso.

Márquez ofreció en solitario la rueda de prensa para explicar los motivos de su marcha, sin estar arropado en la mesa por nadie del club; ni el presidente de la entidad, Miguel Ángel Ramírez, su máximo valedor cuando fue nombrado entrenador del primer equipo, ni miembros de la dirección deportiva, quienes han seguido sus palabras desde la sala sin ofrecer el punto de vista oficial de la entidad.

El entrenador barcelonés insistió en que su decisión obedece a una decisión "personal", descartando que haya sufrido "presión, ansiedad o miedo", y ha recalcado que su relación con los jugadores es "excelente", para evitar suspicacias, según sus propias palabras. "No es un calentón, hemos dejado pasar más de 24 horas tras el último partido, que no es el motivo de la decisión", ha indicado Márquez, para a continuación agradecer al club la "gran oportunidad" de entrenar al equipo.