El entrenamiento a puerta cerrada que ayer organizó Pepe Mel en Riazor parecía mostrar con claridad cuál era el equipo para recibir al Getafe; sin embargo, la lista de convocados, conocida antes de que el entrenador se presentase en la rueda de prensa del estadio, echó por tierra todas las cábalas anteriores. El once que presuntamente había ensayado a lo largo de la semana se había caído tal cual castillo de naipes. "Quería que los jugadores estuvieran todos enchufados sin saber hasta hora y media antes del partido quién va a jugar", justificó el madrileño. Albentosa, Edu Expósito, Bruno Gama y Borja Valle habían ganado protagonismo en el trabajo de estos días. También tuvieron presencia en la prueba de ayer, pero al final ni Albentosa ni Bruno Gama entraron en la convocatoria.

Mel no está para realizar experimentos, y así lo dijo en la sala de prensa de Riazor. "No creo que tenga que volverme loco y hacer cosas antinaturales, que no ha hecho el equipo", explicó el entrenador. Sin Albentosa y sin Bruno en la lista, después de haber sido protagonistas durante la semana, la incógnita es saber por qué once apostará. Porque tras la visto no parece lógico que Edu Expósito vaya a tener un papel protagonista en estos momentos, como tampoco Borja Valle, cuando apenas tuvieron minutos, en un partido tal ascendental en el que el equipo se juega "tres puntos", según el técnico, pero que es mucho más que eso.

Lo sabe Pepe Mel, consciente de que este encuentro es mucho más que un partido, para él "es una cosa diferente". Sabe lo que sucede si un equipo no funciona, como es el caso del Deportivo. "Yo sé cómo va esto, no hace falta que nadie me lo diga", apuntó en referencia a que si el equipo no gana hoy se habrá acabado su trabajo en el Deportivo. Incluso, depende de la forma en la que consiga el triunfo, porque Richard Barral dijo la pasada semana, tras la goleada en Cornellá, que importaba la forma de ganar, es decir, la forma de jugar. Esto es, mostrar un estilo, una forma de juego, que es lo que el cuadro coruñés no enseñó hasta la fecha.

La situación del equipo coruñés preocupa por el aspecto numérico -lleva cuatro de los 18 puntos disputados- y también por las nulas sensaciones que transmite. "Nadie me tiene que explicar lo qué va a pasar si empatamos", aseguró, pero también aprovechó para recordar que desde que llegó a A Coruña nunca tuvo un momento de tranquilidad. "Vine aquí ya en una situación difícil y esa situación la he vivido en los siete meses", que lleva al frente del primer equipo blanquiazul. Sabe que está "tocado" y que aunque gane su futuro en el banquillo blanquiazul se lo volvería a jugar en el siguiente partido y si vence, otra vez en "el siguiente".