El Deportivo se dio ayer un homenaje en el amistoso que lo enfrentó al Corinthians en el Memorial Moncho Rivera. Siete tantos le endosaron los blanquiazules al inocente conjunto brasileño, que compareció en Riazor después de reclutar a sus mejores promesas. El equipo de Pepe Mel, sin embargo, fue demasiado para el histórico club paulista, que acabó completamente desdibujado por el empuje de los meritorios que el técnico deportivista presentó ayer.

El aliciente estaba en comprobar el interés que le ponían los menos habituales de la plantilla blanquiazul, aquellos jugadores las oportunidades racionadas en este inicio del campeonato y con más necesidad de llamar la atención de su entrenador. También el Corinthians debía resolver la incógnita acerca del nivel real que podía ofrecer un grupo formado principalmente por jugadores de su cantera ante un conjunto de la máxima categoría del fútbol español.

A las limitaciones propias de la juventud respondieron con descaro e incluso inquietaron a los deportivistas en un inicio de partido en el que eran los de Pepe Mel los que buscaban imponerse a base de velocidad, la que ponían Gerard, Bakkali, Bruno, Borja Valle y Pinchi, e imaginación, la que aportaba Emre Çolak acompañada de la seguridad de Edu Expósito en el centro del campo.

La primera ocasión del partido, sin embargo, fue para los jóvenes del equipo paulista en una contra que dejó al potente delantero Carlinhos solo delante de Francis. El portero nigeriano se aprovechó de su envergadura para desviar el disparo y aumentar una pizca más las esperanzas depositadas en él para, en un futuro, resolver las dudas que afectan a la portería deportivista. Esa, no obstante, fue la única oportunidad en la que tuvo que intervenir el guardameta del filial porque a partir de entonces el Corinthians desapareció del encuentro ante el empuje y la mayor calidad de los deportivistas.

Si el conjunto de Pepe Mel no se marchó al descanso con una ventaja mayor fue por la falta de puntería que mostraron en prácticamente toda la primera parte. Bakkali, nublado en ocasiones por su individualismo y el afán de agradar después de un comienzo de temporada irregular, se perdió en varias acciones francas para abrir el marcador. En otras fue Çolak el que se adornó demasiado, consciente de que por detrás tenía el resguardo de Edu Expósito.

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Memorial Moncho Rivera: Dépor 7-0 Corinthians

El jugador del Fabril le aportó al equipo el equilibrio que le faltaba en la alineación, plagada de jugadores de ataque y también deseosos de agradar. Con el pitido inicial todos se lanzaron hacia el ataque, salvo Arribas y Albentosa, que tampoco tardarían en hacerlo; pero el centrocampista del filial aceptó su papel como el sacrificado y aportó soluciones para que el conjunto brasileño no creciese a través de la pelota. Sobrio y aplicado, el joven del Fabril destacó y terminó también obteniendo recompensa en forma de gol cuando el equipo se desató por completo en la segunda mitad.

Antes inauguraría el marcador al filo del descanso su compañero del filial deportivista Óscar Pinchi, que también consiguió un premio después de este verano destacar durante la pretemporada y ver interrumpido su protagonismo debido a una inesperada lesión muscular.

Con la reanudación, toda la falta de puntería que habían padecido los deportivistas en el primer tramo de partido se transformó en pleno acierto. Cada llegada se tradujo en un gol, y eso que los jugadores eran los mismos por los que Mel había apostado de inicio.

Albentosa puso el segundo tras una buena maniobra del central dentro del área y a los diez minutos Borja Valle ampliaba el marcador para los blanquiazules. Edu Expósito confirmaría la goleada en la siguiente jugada y a partir de ahí llegaría el autohomenaje deportivista. Borja Valle firmaría un doblete, Luisinho pondría el sexto y Albentosa cerraría el encuentro para al menos confirmar que los menos habituales en los planes del técnico se marcharían de Riazor con un chute de autoestima.