Riazor tenía una cita solidaria ayer y no defraudó. El club había hecho un llamamiento para que, en la medida de lo posible tratándose de un jueves, la afición acudiera al estadio para ver al equipo frente al Corinthians brasileño. La ocasión lo merecía porque se trataba de la decimonovena edición del Memorial Moncho Rivera, organizado por la corporación Hijos de Rivera, el Victoria y el Deportivo, y porque el amistoso era de carácter benéfico y toda la recaudación iría destinada a la Cocina Económica y al Banco de Alimentos coruñés. Los precios populares de las entradas animaron a alrededor de 3.000 aficionados a presenciar el encuentro y colaborar con dos de las entidades sin ánimo de lucro de mayor arraigo en la ciudad.

Para el recientemente fallecido presidente de la Cocina Económica, Alberto Martí Villardefrancos, fue el primer homenaje de la tarde Alberto Martí Villardefrancos, el que le brindó el estadio con un minuto de silencio en recuerdo de su memoria y como muestra de agradecimiento también por la impagable labor que desarrolla desde hace décadas la entidad que presidió hasta hace tan solo unos días.

Reconocer la labor de ambas entidades estaba en el origen de la disputa de este memorial, que con cada edición va ganando en pedigrí. Si el año pasado fueron los veteranos del Superdépor y el Eurocelta los que divirtieron a RiazorSuperdépor Eurocelta Riazor, ayer se trató de la actual plantilla deportivista y de las jóvenes promesas del equipo paulista. El anhelo, tal y como reconoció el miércoles el consejero delegado de la corporación Hijos de Rivera, Ignacio Rivera, alcanzar una recaudación récord. Ayer ascendió a un total de 38.629 euros, en los que va incluida la donación particular que efectuó el Deportivo.

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Memorial Moncho Rivera: Goleada de solidaridad

Riazor terminó volcándose con la causa y también con lo que proponían los dos equipos sobre el césped. El atrevimiento de Bakkali por las bandas le puso a la tarde la diversión y la imaginación de Çolak el justificante para que la grada también pusiera de su parte con aplausos hacia la propuesta siempre detallista del turco.

Contribuyó también un Corinthians lleno de jóvenes con descaro que al mismo tiempo cumplieron con la nutrida representación brasileña que tampoco dejó de acudir ayer al estadio Abanca Riazor para una nueva cita del ya tradicional torneo benéfico.