El parón liguero coincide con un frenazo para Lucas Pérez, cuyas molestias en el cuádriceps izquierdo no eran tan leves como parecía en un principio. El coruñés sufrió una contusión durante el partido del pasado sábado contra el Getafe. Inicialmente nada grave, pero seguía con dolor y por ello fue sometido a pruebas. Las imágenes sugieren una microrrotura, aunque el diagnóstico no está claro y el club todavía no hizo público un parte médico. En cualquier caso, es baja segura para la visita del domingo que viene a Ipurua y, según fuentes próximas al jugador, estará de baja aproximadamente dos semanas.

Este contratiempo llega en el peor momento, justo cuando el coruñés empezaba a ponerse verdaderamente en forma después de una pretemporada complicada con el Arsenal, en la que ni siquiera tuvo la oportunidad de participar en los amistosos de preparación. Su retorno a Riazor cristalizó muy tarde, el día previo a la fecha límite para realizar contrataciones, y tuvo que trabajar contra reloj para ponerse lo antes posible al mismo nivel que sus compañeros. Todavía le faltaba chispa, pero cada vez se encontraba mejor, como demostró el pasado fin de semana en la victoria frente al Getafe. Suyo fue el primer gol blanquiazul, un tanto clave que le ayudó a ir cogiendo todavía más confianza. "Los delanteros necesitamos marcar goles -reconoció tras el trascendental triunfo-. Tengo muchas ganas de encontrarme al 100% para estar a tope y ayudar a mis compañeros".

Estas dos semanas entre el encuentro ante el Getafe y la visita a Eibar le iban a servir para acumular muchos entrenamientos, con la intención de mostrar en Ipurua un nivel cercano al óptimo. Sin embargo, el parón liguero en este caso no ha significado un impulso para su puesta a punto sino todo lo contrario, un auténtico frenazo. El martes, en la primera sesión de la semana, no pudo ejercitarse en Abegondo debido a esas molestias en el cuádriceps izquierdo. El miércoles sí salió al campo, pero para trabajar al margen del grupo, pese a lo cual entró en la convocatoria para el encuentro del jueves contra el Corinthians. Finalmente, no se pudo vestir de corto para el amistoso en Riazor al comprobar que los dolores en la musculatura afectada persistían. Ese mismo día fue sometido a pruebas de imagen, completadas ayer por la mañana, para determinar el alcance exacto de ese problema en el cuádriceps.

Mientras tanto, Adrián López ultima la recuperación de la lesión muscular de grado 1 en los isquiotibiales de la pierna derecha, que sufrió el pasado 19 de septiembre en el último entrenamiento previo al encuentro frente al Alavés. Aún no entrena con el grupo, pero en teoría tiene margen suficiente para estar disponible dentro de ocho días, que es cuando el Dépor retomará la competición en Ipurua. El asturiano es una de las soluciones ofensivas para recomponer el ataque sin Lucas Pérez, que como mínimo se perderá la visita a Eibar. Florin Andone, suplente en las últimas jornadas, regresará al once.