¿El vaso medio lleno o medio vacío? El Dépor se ha instalado en una ola victoriosa y de confianza en la que ve factible competir ante sus rivales, en la que no percibe cada duelo como un ejercicio de sufrimiento, del que saldrá trasquilado. Un gran avance, no se puede subestimar. Se trae un punto de Ipurua, el otrora templo del otro fútbol que ahora parece menos fiero con un conjunto armero que ha bajado un par de peldaños respecto a las últimas temporadas. Mel arriesgó con Albentosa y, sobre todo, Francis y el punto, la racha (7 puntos de 12 posibles) y la imagen de equipo serio le refuerzan. Por momentos y agarrado a Çolak, hasta estuvo fluido en la circulación, tampoco logró imponerse y mandar de manera continuada y queda la duda de si era el momento de dar un golpe encima de la mesa, asaltar el feudo del equipo armero y mirar definitivamente a la mitad de la tabla. Desenlace pospuesto. Fue una cosecha con la calculadora y que gana relevancia por los puntos recientes, por lo que está por venir y porque el grupo se desplegó sin Schär y sin Lucas en el once.

El eterno cuestionamiento de Pepe Mel le ha dado un punto de valentía, de reafirmarse en lo que realmente piensa. El tiempo dirá si cae o no, pero mientras tanto y como se ha visto más fuera que dentro no se corta en sus decisiones. En Eibar recuperó a Albentosa en su particular Edén y con un guión de partido ajustado a su juego aéreo. No quedaron ahí las novedades. El equipo coruñés ha respirado un poco en las últimas semanas y, con ese aire contado y boqueando, el madrileño se lanzó a hacer una apuesta que llevaba tiempo maquinando. Ante el desastre en la planificación de la portería y la endémica inseguridad que transmite esa posición, a su juicio llegaba el momento de Francis. Todo o nada. 18 años, enorme potencial, pero con unos pocos meses en Europa y un puñado de partidos en Segunda B como único bagaje pseudoprofesional. Un riesgo. Se subió en marcha al tren de Primera.

Los primeros minutos no hicieron más que darle la razón. No tanto porque se pudiesen ver grandes atajadas del nigeriano, es que el Dépor olvidó esa versión adormilada que ha utilizado de manera machacona en este inicio de Liga y que le ha dado tantos disgustos. El grupo de Mel estaba bien plantado, con cierta comodidad con la pelota. Muy serio. Aunque fuese lo esperado cada domingo en un equipo profesional, constituía una novedad en los coruñeses, sobre todo a domicilio.

Este panorama planteaba un duelo de tú a tú. El Eibar, más bajo, lo intentaba y lo intentaba buscando las costuras defensivas a la banda formada por Luisinho y Valverde. Mucho centro al área, desdoblamientos, ninguna ocasión clara, solo una mano interesante de Francis en su primer palo. Fue el Dépor, en cambio, el que estuvo más presente en los highlights del primer acto. A lomos de un exquisito Emre Çolak, se asoció con Juanfran y Fede Cartabia e incluso le sirvió un gol en bandeja Andone, que el rumano no supo aprovechar. Esa mitad acabó con la sensación de que a los coruñeses se les hacía corta y de que a los armeros les venía mejor el descanso.

El Dépor ya no era el mismo tras pasar por la caseta. Otro clásico. El Eibar, renovado, se lanzó a por el partido. Cinco minutos y, aunque atropellado, ya había disparado dos veces. Francis seguía inmaculado. No lo ponían en exceso a prueba, cumplía en lo poco que se le presentaba y, sobre todo, empezaba a llenar el granero de experiencia. Esa era la idea: resolver una papeleta hoy y ganar o, al menos, no perder un meta de futuro. Parece difícil que Mel no siga apostando por él hasta que vuelva Rubén.

Al equipo coruñés le costaba igualar el duelo, tener la pelota. Andone nunca estuvo cómodo en la caja de cerillas vasca, Çolak desapareció durante algunos minutos y sus compañeros lo notaron. En cuanto regresó a la vida el turco y entró Borja Valle, el fútbol de ataque blanquiazul revivió. Fueron unos instantes en los que se confirma una verdad casi incuestionable desde el verano de 2016: cuando Emre está inspirado el Dépor es otro equipo.

Aun así le faltó tener ocasiones claras y en muchos momentos del segundo acto abusó del repliegue. Solo achicaba y el nivel del Eibar le exigía otra cosa, ha perdido mucho el conjunto de Mendilibar, sufrirá. De esa condena espera escapar un Dépor, al que se le adivina más de lo que ha mostrado. ¿Será por fin el año en el que Riazor se tomará un respiro entre tanto sufrimiento? Las próximas semanas serán claves.

Ficha técnica (Eibar-Deportivo, 0-0):

Eibar: Dmitrovic; Capa, Arbilla, Oliveira, Ramis (Lombán, min. 70), Juncá (Cote, min. 70); Dani García, Escalante; Kike (Charles, min 84), Enrich, Jordán.

Deportivo: Francis; Juanfran, Albentosa, Sidnei, Luisinho; Celso, Guilherme; Cartabia (Bakkali, min. 82), Çolak (Lucas, min. 86), Valverde (Valle, min. 74); Andone.

Árbitro: Jaime Latre. Amonestó por el Eibar a Dani García y al visitante Borges.

Incidencias: 5.125 espectadores en una soleada y calurosa mañana otoñal.