Recuperar la solidez defensiva, que todo equipo que quiera ser competitivo tiene que tener, era para mí, el objetivo número uno que se había marcado el Dépor en su salida a Ipurúa. No facilitar situaciones de gol al rival y salir convencido del partido de que se dio un paso adelante en ese aspecto, era una prioridad para empezar a crecer y creer en otros aspectos del juego.

Los cambios que pudimos ver en el once inicial en relación a las últimas alineaciones iban en esa dirección, el portero y un central.

La portería sigue dando mucho que decir en este inicio de competición y buscando un revulsivo en la posición Mel optó por un cambio arriesgado, dándole opción al joven Francis, que salió del partido con la portería a cero y solventando el poco trabajo que tuvo con determinación. Es de esperar, que las sucesivas jornadas se mantenga dicha apuesta y que dará o quitará razones al entrenador de su contundente decisión.

El otro cambio que pudimos ver fue la entrada de Albentosa sustituyendo a Schär, este obligado por lesión. Con lo cual, los cuatro centrales del Dépor ya han jugado en esta campaña y demuestra que en una posición donde no son habituales excesivos cambios Mel sigue buscando el equilibrio que le de tranquilidad.

A nivel colectivo, se vio un Deportivo más agrupado y con una profundidad defensiva más equilibrada, si bien es cierto que las condiciones del campo ayudan, no es menos cierto que se notó un mayor convencimiento en lo que fueron las conductas defensivas del equipo, tanto a nivel individual como grupal.

Ante el Eibar, al equipo se le puede demandar ciertas cosas a nivel de construcción de juego pero creo que ahora mismo lo que más le preocupaba a Mel era salir de Ipurúa con la sensación de que el Dépor a nivel defensivo había dado un paso adelante y una vez conseguido, dar el siguiente en otros aspectos en los que el equipo debe avanzar.

Por lo tanto, se consiguió el objetivo, dar un paso hacia "atrás" , para luego dar dos hacia delante.