Una vez más, tarde se puso a remar el equipo deportivista, que pareció querer entrar en el partido después de haber encajado el primer gol tras un penalti que solo Gil Manzano pudo ver.

Mala primera parte del Deportivo, superado por un Girona disciplinado y con las ideas muy claras. El equipo catalán, presionando en la salida de balón y acumulando futbolistas en el centro del campo, obligaba al Dépor a jugar en largo desde la defensa y ahogaba los intentos de juego combinado del equipo coruñés, haciendo que sus posesiones fueran infructuosas en cuanto llegaban a la zona de tres cuartos.

Con todo y eso, ninguno de los dos equipos hacia méritos para materializar en gol sus aproximaciones al área rival.

Así discurrió la primera parte, sin dueño fijo, pero con el equipo visitante llenándose de razón en su planteamiento; defender con orden y disciplina y a partir de ahí intentar obtener la renta del gol.

La segunda parte se inicia con dominio visitante, sin variar un ápice su planteamiento a pesar de ir por delante en el marcador.

Y surge el segundo penalti del partido, en otra acción donde el árbitro muestra su delicadeza para con las acciones dentro del área. Gol de Lucas y empate del Dépor.

Aparecen los mejores momentos de los coruñeses, que espoleados por el gol y tras las incorporaciones de Adrian y Bakkali, parecían darle más velocidad y verticalidad al juego de ataque. Solo fue un espejismo, porque los visitantes, lejos de descomponerse ante el empuje deportivista, o acusar el esfuerzo físico al que se vieron sometidos sus futbolistas, fueron introduciendo cambios en puestos vitales para mantener su intensidad y no renunciar a los contragolpes, incluso largos.

Con un Deportivo volcado, desarrollando sus acciones más peligrosas de todo el partido que le hacían creer en la remontada, el Girona en un contraataque se adelanta en el marcador. Salida de balón largo, finalización rápida? y 1-2.

A partir de ahí, el peligro de un nuevo gol, rondó más la portería local que la visitante, pudiendo terminar el partido con una derrota por mas diferencia de goles a favor del Girona.

Decía Pepe Mel ayer, que el Girona tiene una personalidad propia, y no le faltó razón al técnico blanquiazul. Los futbolistas catalanes se plantaron ante el Dépor con una idea muy clara? atascar el centro del campo y presionar la salida del balón. Con estos dos aspectos bien ejecutados, terminaron siendo superiores en las fases defensivas y ofensivas del partido, así como en la estrategia.

No cabe duda que el Girona tiene una personalidad propia, como cada equipo, como se supone debe tenerla el Deportivo.

Al final, tras el naufragio, hubo sonido de aviso en Riazor, y no era precisamente la sirena de un barco anunciando su inmediata salida... ¿o sí?