Alivio, esperanza y un margen de cinco puntos sobre los puestos de descenso. Un tesoro. Todo eso se lleva el Deportivo del estadio de Gran Canaria, donde fue capaz de levantarse tras otro mal inicio de partido para devolverle a la UD Las Palmas el golpe del pasado jueves en Riazor. Tras el doloroso KO copero, el Dépor recuperó a tiempo el amor propio y el carácter competitivo para destapar su versión más práctica en Las Palmas. No hizo un partido brillante, ni siquiera vistoso, pero fue intenso, supo aprovechar sus oportunidades y a base de cabezazos, los de Celso Borges, volteó el marcador para acabar sumando tres puntos de oro en el primer encuentro liguero de Cristóbal Parralo Cristóbal Parralo en el banquillo coruñés.

Casi todo fueron noticias positivas: tres puntos y primera victoria de la temporada fuera de casa. Toda una inyección de confianza y autoestima para el Dépor, valiente para defender su ventaja apretando arriba y no limitándose exclusivamente a defender. Así encontró el 1-3, que le permitió consumar su victoria sin tener que sufrir. Buen trabajo colectivo, pinceladas de oficio que hacía tiempo que no aparecían y más margen para seguir creciendo. Remontada y vida nueva para un equipo con mimbres para no sufrir. También los tiene la Unión Deportiva, ayer muy lejos de su verdadero nivel. Lleva tiempo sin encontrarse y continúa buscándose. Como el Dépor, que después de lo de anoche está un poquito más cerca de ser un equipo reconocible.

Cuatro días después del desastre copero ante Las Palmas, el Deportivo se reencontraba con el conjunto isleño con la obligación de sumar para frenar su caída libre. Lo mismo buscaban los amarillos, también con muchas urgencias por sacar el encuentro adelante para salir de los puestos de descenso. Dos equipos necesitados. Dos equipos blandos. Dos equipos con muy poca contundencia cuando de lo que se trata es de destruir. Y eso que ayer el Dépor le puso mucha más intensidad que de costumbre, pero volvió a regalar el tramo inicial para encontrarse con otro marcador adverso a las primeras de cambio.

Siete minutos tardó Remy en aprovechar el primer regalo visitante para inaugurar el marcador. Falló Sidnei en la anticipación y luego se quedó mirando a la pelota, él y otros tres compañeros, para alfombrar el camino hacia el 1-0. La definición del francés, colando el balón por debajo de las piernas de Pantilimon, volvió a acentuar las dudas que siguen planeando sobre la portería del Deportivo. El rumano transmite de todo, menos seguridad, y eso se contagia a todo el equipo. Un problema, y gordo, bajo los palos, que lejos de solucionarse sigue enredándose a medida que avanza la temporada. A la espera de que Rubén esté listo para reaparecer, ninguno de los otros tres guardametas ha sido capaz de afianzarse en el puesto. Tampoco Pantilimon, una de las cuatro novedades con respecto al once que venía de estrellarse en la Copa.

Cristóbal Parralo no hizo ninguna revolución para su estreno liguero. Solo otros tres cambios, además del de la portería. Luisinho, Borges y Cartabia fueron las otras tres novedades en una alineación en la que Valverde volvió a jugar centrado, bastante más adelantado que los otros dos mediocentros. Poco apareció el uruguayo para conectar con Lucas, de nuevo muy desasistido. Más y mejor atacó el Dépor desde los costados gracias a los zarpazos de Cartabia y Bakkali. Por lo menos, cada vez que recibieron el balón dieron la sensación de poder desequilibrar. Lo mismo que Vitolo y Remy en la Unión Deportiva, que perdió a Jonathan Viera por lesión antes de que se cumpliera el primer cuarto de hora.

Tras el mazazo del 1-0 el Dépor fue despertando poco a poco ensanchando el campo y buscando profundidad desde las bandas. Bakkali trazó varias diagonales para probar suerte en el disparo, igual que Cartabia desde la derecha. Incluso Juanfran se animó a sumarse al ataque con decisión. Al madrileño no le pesó su expulsión en la Copa. Estuvo muy metido en el partido y colaboró a la reacción con una actuación notable. El campo se volcaba hacia el área de Lizoain, aunque Vicente Gómez pudo ampliar la ventaja en el 29, cuando aprovechó un despeje de puños de Pantilimon para disparar al larguero. Tras ese susto el Dépor encontró el empate con una buena jugada iniciada por Guilherme, continuada por Cartabia y rematada de cabeza por Borges (m.36).

Quedaba toda la segunda parte para seguir madurando el partido y jugar con la ansiedad de la Unión Deportiva, desquiciada desde que Borges volvió a marcar de cabeza a la salida de un córner (m.54). El Dépor siguió presionando arriba y no dejó jugar a los insulares, incapaces de generar ocasiones claras. El control estaba en manos del equipo coruñés, que amplió su ventaja gracias al penalti sobre Cartabia transformado por Lucas (m.69). Victoria justa. Remontada y vida nueva. Lo que tanta falta le hacía al Dépor.