E1 planteamiento del Dépor dejó clara la intención de "empezar la casa por los cimientos". Partiendo de un dibujo táctico desde el 1-4-1-4-1 en una posición de plegado y manifestando una concentración defensiva como hace tiempo no se veía, se intentó jugar en apenas 30 metros dejando mucho espacio a la espalda de la línea de cuatro, pero manteniendo las distancias correctas para las ayudas, aunque con demasiados efectivos detrás del balón. Desde ahí el equipo quiso crecer hacia adelante pero debido a ese posicionamiento las transiciones se hicieron lentas y sumado a que casi siempre se mantuvieron seis futbolistas en vigilancias ofensivas, la fase ofensiva se convirtió en muy previsible, salvo por los intentos de ruptura por medio de Bakkali, la amplitud ofrecida por Luisinho y sobre todo la frescura y el dinamismo mostrados por Fede Cartabria que con sus intervenciones no sólo dio continuidad al juego con extraordinario criterio si no que fue el que más claramente dio profundidad ofensiva al mismo, excepto las veces que prefirió temporizar. En uno u otro caso sus elecciones fueron más que correctas. Después de mucho tiempo y ya unos cuantos entrenadores, parece que al menos hay un plan en el juego del equipo. Es lo menos que se puede pedir, pero algo reconocido por la mayor parte del público. El resultado final... un accidente.