Los goles de Borges recuperan una especie de futbolista prácticamente extinta en Riazor. No se recuerda en la época dorada un pivote con esa llegada al área, ese instinto rematador desde segunda línea y esa efectividad a balón parado en la élite. Gol. De hecho, los quince tantos que lleva en 85 partidos de Primera como blanquiazul le colocan a la altura de los más grandes de la historia coruñesa. Casi nadie le aguanta la comparación, solo algunos y con matices.

El mediocentro, a pesar de partir desde atrás, necesita tan solo seis partidos para lograr un tanto. Solo tres de esas dianas han sido de penalti, una suerte que le podría haber ayudado a engordar sus cifras. Pero ha fallado algún lanzamiento y no ha terminado de asentarse como el especialista blanquiazul en esta faceta. Ahora esa responsabilidad la ha asumido con éxito Lucas.

Sertucha (9 goles en 68), Sergio González (27 en 294), Flavio Conceiçao (9 en 97), Julián Cuenca (11 en 135) y Manolete (10 en 130) le siguen a bastante distancia. Algunos necesitaron casi el doble de partidos para conseguir un gol, entre 8 y 12, y las cifras de estos históricos blanquiazules tienen salvedades. El brasileño y el internacional coruñés, hoy en día presidente de los veteranos, lograron todas estas alegrías en jugada, no ocurre lo mismo con los otros tres perseguidores de Celso Borges. Sertucha hizo tres tantos y Sergio y Julián Cuenca consiguieron ocho desde los once metros cada uno. El catalán no los lanzó hasta los últimos meses de 2006, aunque en los últimos ejercicios fue, en realidad, su gran sustento realizador. El madrileño, deportivista entre los años 1950 y 1957, solo pudo alcanzar la cifra de tres con el balón en juego.

Otro de los futbolistas que supuso un gran aporte en esta faceta en las últimas décadas, aunque alternó su posición en la media y la retaguardia, fue Donato. El brasileño, que necesitaba solo ocho partidos para celebrar una diana, fue capaz de hacer 38 en 303; pocos futbolistas que no sean arietes se acercan a esta cifra como deportivista.

Solo futbolistas que pasaron gran parte de su carrera como interiores hace décadas, pero que también alternaron durante fases con la posición de pivote le resisten la comparación. Su gran contrincante en esta faceta podría considerarse que es Manuel Guimeráns, el hombre que dio el ascenso del 41 al Dépor con su tanto en Vallecas ante el Murcia. Logró 36 en 158 partidos solo en Primera, si se le suman las dianas en el resto de competiciones y categorías en su etapa en el Dépor (desde 1937 a 1950) la cifra se dispara de manera exponencial. En la máxima categoría necesitaba menos de cinco partidos para lograr un tanto, aunque muchos de ellos los logró en posiciones más adelantadas. En la temporada 1949-50, la de su adiós al estadio de Riazor, llegó a jugar hasta en siete en posiciones a las órdenes de Alejandro Scopelli. Casos parecidos al de Guimeráns por su alternancia de demarcaciones, aunque con menos caudal realizador, son los de Juanete (6 en 35) y Carlos Calvo (7 en 106).

Especialista en dobletes

Otra de las curiosidades de los quince tantos de Celso Borges es que en la relación se encuentran tres dobletes y todos a domicilio. Además del último logrado hace quince días en Gran Canaria, pudo batir en dos ocasiones la meta contraria en duelos en Vallecas y Málaga, justo la ciudad que visitará el próximo día 19 en un duelo clave por la permanencia. Se le resiste A Coruña, aunque en realidad es que su fútbol y su capacidad de llegada necesitan espacios y en La Rosaleda puede tener la oportunidad de volver a demostrar su instinto.