El Dépor vuelve a las andadas. Con síntomas de mejoría, pero que no suman puntos. Ayer fue superior al Málaga durante más de una hora. Hizo lo más difícil, remontar fuera de casa, pero reculó demasiado en la recta final y lo pagó con otra derrota que lo deja tocado y de nuevo cerca del pozo, a solo cuatro puntos. No le bastó con volver a jugar con portero tras la reaparición de Rubén. Se marchó de vacío por sus errores defensivos, que se siguen repitiendo, y su excesivo conformismo cuando el Málaga, a la desesperada, se fue arriba con todo. Los andaluces apelaron al corazón, más que al fútbol, para darle la vuelta al marcador cuando todo parecía perdido. Respiran gracias al Dépor, acostumbrado en los últimos tiempos a dar vida a moribundos.

Nada que ver el poso que deja esta derrota con el de la jornada anterior frente al Atlético. El Deportivo salió reforzado de aquella pese a no sumar. Ante los rojiblancos demostró que está capacitado para plantarle cara a cualquiera y el público de Riazor lo agradeció despidiendo al equipo con una gran ovación. En cambio, la sensación que queda después de lo de ayer es de descomposición por haber dejado escapar tres puntos que parecían facturados rumbo a A Coruña. Y todo por haber dado varios pasos atrás en la recta final, dando alas a un Málaga que, sin hacer nada del otro mundo, consiguió encerrar al Dépor en su área hasta encontrar el premio de la victoria. Tres puntos balsámicos para los andaluces, ahora a solo cuatro del Dépor. La factura para los coruñeses se completa con los problemas físicos de Sidnei y Cartabia, más las bajas por sanción de Guilherme y Luisinho para recibir al Athletic el próximo domingo. Lo que podía ser el partido de la tranquilidad, el que impulsara al Deportivo hacia una zona más tranquila de la tabla, acabó en tragedia.

Otro desenlace fatal para el equipo coruñés, capaz durante muchos minutos de tener el partido perfectamente controlado. Se sintió superior pese a empezar perdiendo por el tempranero gol de Rosales (m.15), quien aprovechó un despiste defensivo de Bakkali para conectar un buen remate a la salida de un córner. Poco tardó el Dépor en rearmarse y nivelar el marcador. Avisó el extremo belga con un remate que salvó Roberto y acto seguido, en el 23, llegó el 1-1. Buen centro de Borges y certero cabezazo de Lucas, directo a la escuadra. El equipo coruñés volvía a tener el partido donde quería. Sabía que la ansiedad podía acabar jugando en contra de los malagueños, sin más margen de error después de un inicio de temporada calamitoso.

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El Dépor pierde en los últimos minutos en Málaga

El Dépor supo esperar su momento y lo encontró al inicio del segundo acto, con una acción iniciada y finalizada por Schär, poco después de que Rubén evitara el gol del Chory Castro con una buena mano. El central helvético conectó con Borges y recorrió todo el campo para sumarse al ataque mientras el costarricense asistía a Lucas con un gran balón al espacio. El coruñés amagó, chutó y el rechace a su disparo lo aprovechó el suizo para firmar el 1-2 (m.52).

El gol hizo crecer al Deportivo, cada vez más cómodo al comprobar los grandes problemas del Málaga para generar situaciones de gol. Los coruñeses defendían con orden, sin renunciar a estirarse a la contra en busca de la sentencia. A los andaluces se les agotaba el tiempo y Míchel optó por hacer tres sustituciones ofensivas, dando entrada a Juanpi, Ontiveros y Borja Bastón. En una acción aislada llegó el 2-2, tras una pérdida que acabó con un centro desde la derecha y el gol del Chory Castro. Mosquera acababa de entrar por Cartabia y al Dépor no le sentó bien el cambio de posiciones. Entre el empuje del Málaga y el miedo visitante a perder, los coruñeses dieron varios pasos atrás, sobre todo en unos veinte minutos finales en los que los andaluces cargaron con todo.

Avisó Bastón en el 72 con un remate que se marchó fuera por muy poco. Definitivamente, el área se volcaba hacia el área del equipo coruñés, incapaz de asomarse al ataque pese a la insistencia de Çolak por dinamizar el juego ofensivo. Daba la impresión de que el Dépor tenía bastante con el empate. Todo lo contrario que el Málaga, que a base de empuje y arreones muy seguidos encontró el camino de la victoria. Bastón no falló en su mano a mano ante Rubén (m.84). De pronto, al Deportivo le entraron las prisas por irse hacia arriba, pero ya no se jugó más. Acarició los tres puntos y se marchó sin ninguno. Vuelta al lío. Y a las dudas.