Dos jugadores sin protagonismo, de uñas por su situación, fueron el combustible; la chispa, un roce cotidiano de cualquier entrenamiento. La situación desembocó en un encontronazo, un amago de pelea entre Arribas y Andone que puso ayer fin de manera abrupta al trabajo del equipo. Los dos protagonizaron un enganchón hacia el final del entrenamiento y tuvieron que ser separados por sus compañeros para evitar que llegaran a las manos. Un roce durante el partidillo fue el detonante de una riña que el entrenador deportivista, Cristóbal Parralo, trató de minimizar enviando al vestuario a todo el equipo.

El técnico evitó así personalizar el castigo en los dos jugadores implicados en un incidente que se resolvió con los futbolistas de camino a la ducha. No consintió Cristóbal que ningún jugador permaneciese sobre el césped de los campos de la ciudad deportiva, ni siquiera a aquellos que pretendían quedarse a hacer lanzamientos a puerta después del rifirrafe entre sus compañeros. Todos sin excepción enfilaron hacia la caseta tras un nuevo capítulo dentro de la lista de bullas que se han vivido en el equipo a lo largo de las últimas temporadasbullas .

El incidente sería uno más de tantos que pueden vivirse en el seno de una plantilla profesional cuando se produce un roce, pero abunda en los líos deportivistas de campañas recientes. Arribas, además, repite tras el altercado protagonizado con Luisinho a tan solo unos días de que arrancase la temporada 2015-16altercado Luisinho . Aquel encontronazo sería el desencadenante de una serie de expedientes disciplinarios que acabarían incendiando el vestuario y que en esta ocasión están en el aire a la espera de la decisión que tome el entrenador. Cualquier tipo de castigo por parte del club debería partir a instancias del técnico, que esta tarde dará carrete o bien carpetazo a lo ocurrido mediante la convocatoria para el partido de vuelta de los dieciseisavos de Copa en Las Palmas. Desde la dirección deportiva no se abordó ayer el asunto de manera urgente y lo atribuyen al trabajo diario.

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Cristóbal disuelve el entrenamiento tras un pique entre Arribas y Andone

Igual que hace dos años, el origen de la trifulca se encuentra en un lance común del entrenamiento. Arribas y Andone estuvieron a punto de enzarzarse a consecuencia de un roce, pero esta vez sus compañeros estuvieron más ágiles para separarlos antes de que el incidente pasase a mayores.

El defensa fue el primero en enfilar los vestuarios ante la mirada del resto de jugadores, la mayoría los que no participaron en el encuentro del domingo frente al Athletic y algunos del Fabril, que al mismo tiempo calmaban al delantero. Sidnei, que se encontraba al margen junto a uno de los fisioterapeutas trabajando para recuperarse de su lesión, vio toda la escena y trató de tranquilizar a Arribas, que pareció darle explicaciones de lo sucedido.

A falta de que Cristóbal aporte su visión sobre lo ocurrido o de que se produzca algún movimiento por parte de la dirección deportiva en forma de medida disciplinaria, ayer desde la plantilla se trató de restar importancia a lo ocurrido. Lo hizo Adrián López. El asturiano, que no se encontraba en el campo en ese momento, aclaró que la situación en el vestuario posteriormente era "tranquila". "Estaba dentro, no me he enterado exactamente, pero ha sido un pequeño encontronazo", indicó. "Son cosas que pasan, lo importante es que dentro está bastante tranquilo todo y que habrá sido un calentón", reflexionó sobre lo sucedido.