El Deportivo arrastra dos problemas serios desde que arrancó la temporada, de distinta naturaleza y origen, pero debilidades al fin y al cabo que han condicionado su inicio de curso y que, si no media una reacción inmediata, pueden comprometer todo lo que queda por delante. La avería que padece en la portería y su endeblez defensiva arruinaron su partido de ayer en el Sánchez Pizjuán como ya había ocurrido anteriormente. Dos errores que costaron dos tantos y que terminaron por ensombrecer la meritoria primera parte de los deportivistas, que con la derrota de ayer acumulan cuatro jornadas sin ganar y siguen sin poder levantar la mirada en la clasificación.

Sus desajustes defensivos y una portería instalada de modo permanente en las dudas representan un obstáculo añadido para los blanquiazules, que desde la llegada de Cristóbal Parralo al banquillo han evolucionado hacia un equipo más aseado con la pelota del centro del campo hacia adelante. Los problemas atrás ha tratado de corregirlos haciendo que la defensa ganara metros y ejecutando una presión adelantada que por momentos se muestra anárquica. No termina de ajustar ese mecanismo el equipo, y los rivales terminan salvando líneas con facilidad porque, mientras la vanguardia aprieta la salida de balón del rival, el centro del campo tiende a esperar.

No es buena receta la que pone en práctica el Deportivo, pero ayer en Sevilla no la pagó en exceso durante la primera mitad porque la defensa estuvo especialmente atenta a la hora de tirar el fuera de juego. Sufrió Juanfran con Nolito al comienzo en un par de llegadas de los locales, pero el partido pronto derivó en un duelo de alternativas en el que el conjunto blanquiazul dio la impresión de encontrarse a gusto. Al filo del cuarto de hora encadenó dos oportunidades fruto del planteamiento que propuso ayer Cristóbal.

En la primera, Sidnei recuperó un balón cuando más adelantada se encontraba la defensa deportivista. Llegó hasta el área para tirar una pared con Borges, pero el pase del costarricense hacia el área pequeña no encontró rematador. Un par de minutos después probaría suerte Adrián con un disparo desviado tras una buena combinación con Lucas.

El Deportivo daba muestras de que comparecía en el Pizjuán con la firme intención de buscarle las cosquillas al Sevilla, pero enseguida quedó de manifiesto que el perfil bueno de los blanquiazules aparecía lo más cerca posible del área rival. Cuanto más se acercase la pelota a la portería de Rubén más se le notaban las costuras al conjunto de Cristóbal.

La banda derecha no terminó de ajustarse lo suficiente para frenar las incorporaciones de Nolito. Juanfran y Cartabia no se entendieron ni se compenetraron para minimizar todavía más a un Sevilla chato, cuya mejor oportunidad fue una llegada de Franco Vázquez, al que le sobró un recorte con el remate claro de primeras.

Quien daba más sensación de fortaleza en el tramo final de la primera mitad era un Deportivo que por entonces transitaba más el campo rival que el suyo propio, pero a los blanquiazules les sobraron diez segundos. Eran los que faltaban para el descanso cuando el Sevilla dispuso de un saque de banda cerca del área blanquiazul. El despiste colectivo fue mayúsculo, pero cotidiano al mismo tiempo dentro del catálogo de pifias exhibidas por el equipo en este arranque de curso. Desajustada por completo la defensa, Schär terminaría por arruinar la posibilidad de que Ben Yedder se colara en fuera de juego antes de fusilar a Rubén en el área.

Se esperaba la reacción de los deportivistas tras el descanso porque el equipo había mostrado en partidos anteriores con desventaja en el marcador que dispone de argumentos suficientes para enmendar sus errores, pero no llegó. Cristóbal retrasó un poco la posición de Borges, que durante toda la primera parte había estado actuando casi como mediapunta, pero los deportivistas no encontraron el camino hacia el área del Sevilla. El equipo incluso empeoró con la entrada de Andone. En lugar de ganar presencia ofensiva, los deportivistas la perdieron y los locales fueron ganando más protagonismo.

Aún así el conjunto blanquiazul se mantenía en el partido con la posibilidad de igualar el marcador a través de alguna de las acciones a balón parado de las que dispuso. Otro error, sin embargo, terminaría por decidir el resultado después de una mala intervención de Rubén a disparo de Krohn-Dehli. El guardameta deportivista no terminó de atajar el lanzamiento del danés y se le coló por debajo del cuerpo. El de Coristanco había transitado hasta entonces con seguridad por el partido, incluso con alguna intervención de mérito, pero con su fallo añade incertidumbre a la situación de una posición comprometida desde el verano. Las alarmas se encienden así para el Deportivo, que recibirá el sábado al Leganés con Barcelona y Celta en el horizonte.