Pablo Insua cerró este verano su etapa en el Dépor Dépor y abrió a sus 24 años una nueva en Alemania, que esperaba que fuese larga y fructífera. Las aspiraciones pronto se toparon con una dolencia de gravedad que le hizo frenar en seco y que incluso, en los peores momentos, le hizo temer por su carrera como futbolista profesional. El central de Arzúa sufrió en octubre una pleuresía, que afectó al pericardio, una membrana que envuelve al corazón. Una dolencia con similitudes a la que sufrió el madridista Dani Carvajal y que el exdeportivista va dejando poco a poco atrás tras llevarse un buen susto.

"Al principio, cuando estás con los médicos, te entra un poco de miedo, piensas para ti ´igual no puedo volver a jugar al fútbol´, le das muchas vueltas a la cabeza, no sueles pensar cosas buenas", reconoce Pablo Insua en un reportaje realizado para los medios oficiales del Schalke 04, su actual club, que pagó algo más de tres millones por él hace unos meses. "Pero con el paso de las semanas fui cogiendo optimismo porque veía que las cosas iban evolucionando. Ahora me encuentro perfectamente, todo está bien", remarca agradeciendo el apoyo que tuvo de su familia, de sus más cercanos y de todos los estamentos de la entidad teutona.

El canterano blanquiazul empieza a recuperar la sonrisa, aunque es consciente de que aún le queda mucho trecho por recorrer. "Tuve muy mala suerte, me cortó todo el principio de temporada este problema. A ver si en enero o febrero ya puedo estar entrenándome con el equipo y a partir de ahí ya se verá. Toca ponerse al 100% para que no vuelva a haber problemas", confiesa tirando de paciencia.

Con el paso de las semanas el ex del Leganés, próximo rival del Dépor, va recobrando el ánimo y también el tono físico después de haber perdido ocho kilos. Asume lo que ha sucedido y lo que aún le queda por superar y está convencido de que regresará al máximo nivel. "Semana a semana voy notando la mejoría con el trabajo aquí (en el gimnasio) y con los médicos. Me encuentro mucho mejor, se acerca el final de esa travesía. Me tocó a mí esta dolencia, debo afrontarla. Seguro que volveré a estar como antes, pero la verdad es que se hace un poco largo, es mucho tiempo, bastantes meses", remarca.

Pablo Insua vivió momentos duros y por eso ahora le parece menos lo que le queda por delante, a pesar de que no regresará al trabajo de grupo con sus compañeros hasta dentro de dos o tres meses. Hubo gestos que le tocaron. "Los jugadores y los técnicos del Schalke me mandaron un vídeo de todos cantando El DespacitoEl Despacito y me pillo en un mal momento en el hospital, me sirvió para llenarme de energía".