Florin Andone se reincorporó ayer a los entrenamientos junto al resto de la plantilla después de que unas molestias musculares le apartaran a última hora del partido en el Camp Nou. El delantero se sumó a las tareas con sus compañeros después de ejercitarse al margen en la sesión del lunes. Ni siquiera ha tenido que pasar por la enfermería después de que el entrenador blanquiazul, Cristóbal Parralo, desvelase el sábado que unos problemas físicos en la última parte del entrenamiento no le permitirían entrar en la convocatoria.

El entrenador consultó con los médicos y estos recomendaron que el delantero no viajase a Barcelona. No se descartó tampoco que fuera sometido a pruebas para averiguar el origen real de esas molestias.

Andone, sin embargo, arrancó la semana trabajando sobre el césped, aunque al margen de sus compañeros. El martes se entrenó en solitario sin que el club informase sobre su estado y sin someterse tampoco al reconocimiento médico que descartase cualquier tipo de lesión. Estaba previsto que ayer lo hiciese con normalidad y así fue en la sesión programada por la mañana en las instalaciones de la ciudad deportiva de Abegondo.

El delantero completó todas las tareas del entrenamiento preparado por Cristóbal y su equipo de ayudantes al mismo ritmo que el resto de sus compañeros y en apariencia no tendrá problemas para poder disputar el derbi del sábado contra el Celta en Riazor.

La incógnita radica en saber si Cristóbal decide contar con el delantero, sin apenas oportunidades como titular desde el aterrizaje del técnico en sustitución de Pepe Mel y abiertamente molesto por su situación.

Las opciones de Andone se han reducido de manera drástica debido a las preferencias del técnico en cuanto al sistema de juego. Cristóbal no contempla jugar con dos delanteros de inicio y el preferido para él desde su llegada ha sido Lucas Pérez. Ante el Celta el domingo en el primer derbi de la temporada el coruñés será de nuevo la principal referencia en ataque.