Hace cinco años el Deportivo era penúltimo a estas alturas de Liga con los mismos puntos que tiene ahora, 16. Entonces cerró la primera vuelta con un esperanzador empate en Anoeta (1-1) en el segundo partido en el banquillo de Domingos Paciência, quien una semana antes se había estrenado como sustituto de José Luis Oltra con una victoria en Riazor frente al Málaga (1-0). El portugués empezó con dos resultados positivos pero luego encadenó cuatro derrotas seguidas que motivaron su espantada y la llegada de Fernando Vázquez, una solución de urgencia con la que el Dépor estuvo a punto de salvar la categoría. Al final acabó en Segunda, penalizado por una primera vuelta desastrosa. Un lustro después, el equipo blanquiazul llega al ecuador del campeonato en una situación clasificatoria muy parecida. En 2013 tras la jornada 19 el Granada, decimoséptimo, sumaba 17 puntos, uno más que el Dépor. Ahora, en cambio, la brecha con respecto al cuarto por la cola, el Alavés (18), es de dos unidades.

Un panorama aterrador para el equipo coruñés, que solo ha sido capaz de celebrar cuatro victorias en toda la primera vuelta, todas ante rivales directos: Alavés (1-0), Getafe (2-1), Las Palmas (1-3) y Leganés (1-0). Solo tres veces en toda la primera vuelta mantuvo imbatida su portería, por la que pasaron cuatro guardametas diferentes -Rubén Martínez, Przemyslaw Tyton, Francis Uzoho y Costel Pantilimon-, sin que ninguno haya logrado espantar los fantasmas y ofrecer verdadera confianza y fiabilidad. La falta de solidez y contundencia de todo el equipo, unida a los numerosos errores individuales de bulto, han provocado que el Dépor haya lamentado nada más y nada menos que 37 tantos en contra. Solo el colista Las Palmas, el coladero de la Liga con 46 goles recibidos, es más frágil que el conjunto blanquiazul.

Mejorar en esa faceta será una de las claves para aspirar a la reacción en una segunda vuelta que empieza en cuesta, con la visita del domingo al Santiago Bernabéu, pero que luego en teoría se suaviza con Levante, Real Sociedad, Betis, Alavés, Espanyol, Getafe, Eibar, Girona y Las Palmas en el horizonte. Es en esa fase del campeonato en la que el Dépor deberá poner los cimientos al objetivo de la salvación embolsándose una buena cantidad de puntos que le permita mantenerse con vida hasta la recta final de la temporada, que le brindará un calendario especialmente empinado.

Ni siquiera con Víctor Fernández, en la campaña 2014-15, el Dépor estaba tan mal como ahora. Llegó a estas alturas con un punto más, 17, suficientes para evitar las tres últimas posiciones al término de la primera vuelta. En aquella edición liguera el equipo coruñés acabó sufriendo mucho para salvarse pese al relevo en el banquillo con la llegada de Víctor Sánchez del Amo, que tomó las riendas en las últimas ocho jornadas. Al año siguiente, ya con el madrileño al mando desde el inicio, la primera vuelta fue sobresaliente: 27 puntos, a solo tres de los puestos europeos. Sin embargo, en ese curso 2015-16 el Dépor se desinfló en la segunda mitad del campeonato y también acabó sufriendo bastante para renovar su billete en la máxima categoría del fútbol español.

La pasada temporada, con Gaizka Garitano al frente, salió torcida desde el inicio. Aun así el equipo blanquiazul tenía tres puntos más que ahora a estas alturas. Con 19 llegó al ecuador liguero, con seis de colchón sobre los puestos de descenso, pero cuatro derrotas consecutivas en el arranque de la segunda vuelta, la última un sonrojante 4-0 en Leganés, desencadenaron la destitución del entrenador vasco y la contratación de Pepe Mel, que no acabó de encontrar la regularidad ni el curso pasado ni tampoco en el actual hasta su cese. Ahora es Cristóbal Parralo el que trata de reflotar al Dépor, hasta ahora sin éxito.