Hasta esta jornada el Deportivo rivalizaba con Las Palmas por el dudoso honor de ser el equipo más goleado de la categoría, pero todavía veía con cierta distancia a los canarios en ese apartado. Después de la abultada goleada encajada ayer en el Santiago Bernabéu, el conjunto de Cristóbal Parralo se ha quedado casi a la par del de Paco Jémez en cuanto a tantos recibidos. Los blanquiazules han recibido 44 goles después de veinte jornadas, algo más de dos por encuentro, y se encuentran sumidos en una sangría con tintes históricos.

Hay que remontarse seis décadas para encontrarse un dato semejante en la historia del club, concretamente hasta la temporada 1956-57. Aquel curso, cuando la categoría tan solo contaba con 16 equipos, el Deportivo había encajado 52 goles a estas alturas y acabaría el campeonato con 61. La cifra todavía queda lejos para el equipo de Cristóbal, pero entonces se disputaban menos jornadas y la sombra de superar ese triste registro planea sobre los deportivistas.

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El Dépor sale goleado del Bernabéu

Sobre todo si insiste en errores como los que ayer le llevaron a encajar siete tantos ante el Madrid. Débil en el área, el Deportivo acabó favoreciendo el acoso y derribo de los blancos a través de un centro del campo que acabó diluyéndose ante el empuje en solitario de Casemiro. El brasileño se bastó para barrer y distribuir, favoreciendo las incorporaciones de Marcelo y Carvajal. Enseguida los laterales crearon superioridades ante una defensa deportivista que como respuesta solo supo hacerse un ovillo alrededor de su propia área. Demasiadas facilidades para un Madrid plagado de jugadores con recursos técnicos sobresalientes.

Y eso a pesar de que Cristóbal había aleccionado a sus jugadores durante la semana para que evitaran recular demasiado sobre la portería de Rubén. Le funcionó tan solo en la primera parte, mientras tuvo la calma suficiente para manejar la pelota en el centro del campo. En cuanto Guilherme y, sobre todo, Mosquera desaparecieron, el Madrid se encontró con el campo abonado para pasar el rodillo y prolongar la sangría que padecen los deportivistas desde que arrancó el campeonato.