A Cristóbal Parralo le tocó ayer superar el trance de despedirse del club prácticamente al mismo tiempo que su sucesor tomaba el mando de una plantilla que hasta el domingo estuvo a sus órdenes. El ya extécnico blanquiazul se cruzó incluso con Clarence Seedorf en la ciudad deportiva de Abegondo antes de poner punto y final a su etapa como entrenador deportivista. Agradeció la oportunidad, deseó suerte a su relevo y se comportó como el hombre de club que el presidente, Tino Fernández, vio en él cuando le encargó reflotar al equipo después de su éxito en el Fabril.

Tanto apreciaba el mandatario esa cualidad en Cristóbal que incluso después de destituirlo le ofreció continuar en el organigrama técnico. "El presidente, cuando me comunicó el cese, me dijo que no quería que me marchara, pero ahora mismo no me veo continuando en el club. Soy entrenador y lo que quiero es entrenar. Han sido meses duros y difíciles y lo que quiero es descansar, resetearme y a partir de ahí ver qué me depara el futuro", desveló sobre el ofrecimiento del presidente.

De su primera experiencia en un banquillo de la elite, Cristóbal se lleva tres meses de sinsabores que desembocaron en su despido tras dos victorias, tres empates y ocho derrotas. El bagaje es lo suficientemente pobre como para justificar una destitución y así lo entendió él mismo. "No voy a reprochar absolutamente nada a los jugadores. Mi destitución es porque los resultados no han acompañado. Es lo único que me puedo reprochar, porque no podemos reprocharnos el trabajo, ni la dedicación ni la entrega", razonó ayer en su despedida.

Fueron esos resultados los que han terminado condenando al equipo a luchar por la permanencia cuando el objetivo del curso era más ambicioso. Antes que él cayó Pepe Mel, más tarde abandonaron el club sus responsables deportivos (Fernando Vidal y Richard Barral) y entremedias se ha escrutado el comportamiento de la plantilla. Cristóbal evitó airear asuntos de vestuario y prefirió mantener el talante discreto que lo caracterizó desde su llegada al banquillo.

"No vine a hacer amigos, sino a hacer un equipo y que el equipo funcionara. No sé si los jugadores me respaldaban o no, pero a mí nunca me han abandonado las fuerzas y es lógico que después de según qué partidos cueste asimilar las derrotas, pero he intentado reponerme. A mí no me han flaqueado las fuerzas", aseguró.

Las goleadas recientes en el Santiago Bernabéu (7-1) y en Anoeta (5-0), sumadas a la decepción del empate contra el Levante en Riazor (2-2), terminaron precipitando la decisión del consejo de administración en busca de una reacción que permita al equipo mantenerse en Primera División. Cristóbal, a pesar de esos varapalos, se veía con fuerzas de seguir al frente de la plantilla. "Yo no he bajado los brazos y no creo que los jugadores hayan bajado los brazos porque no creo que pudieran permitírselo", destacó.

Atrás quedan tres meses al frente de la primera plantilla y alrededor de año y medio en el club que lo han convertido en un deportivista más. Por ese motivo recomendó unión para superar el delicado momento en el que se encuentra la plantilla. "Hay un partido importantísimo el lunes y debemos estar unidos. No debemos reprocharnos nada y estar juntos; asumir la situación e intentar entre todos llevar en volandas al equipo", señaló. "No creo que debamos pensar en autodestrucción. El club sienta bases para que las cosas salgan bien en el futuro: ahí está el Fabril, el Juvenil... falta el primer equipo. Si fuese mejor, veríamos todo de otra manera. Ahora toca estar todos juntos para ganar el partido del lunes y el siguiente. A partir de ahí veremos las cosas de otro color", añadió Cristóbal.

El exentrenador deportivista estuvo acompañado durante su despedida por Tino Fernández, que explicó los motivos por los que se decidió la destitución después de ratificar al técnico antes de visitar Anoeta. "Para nada pensaba el jueves que podía pasar lo que pasó. A veces puedes tener un mal resultado, pero otra sensación. Tuvimos los mismos puntos jugando contra el Atlético en casa que en Anoeta, pero salimos de otra manera", resumió el presidente.

Junto a Cristóbal se marchan sus ayudantes, Javier Manjarín y Luis Fandiño, a los que el club desea mantener en la estructura deportiva en un futuro.