Pedro Mosquera fue el primer recurso de Clarence Seedorf para revertir la situación cuando el Alavés se puso por delante en el marcador; incluso llegó a jugar de central puesto en el que lleva trabajando ya "varios días". "Teníamos la ilusión de llevarnos los tres puntos ante un rival directo, pero no pudo ser", dijo tras el partido de Mendizorroza.

Son nueve encuentros consecutivos sin vencer y con el equipo colgado del abismo, por eso el coruñés considera el partido del viernes contra el Espanyol (21.00 horas) como “una final”. “Es cierto que todavía quedan muchos partidos, pero se nos están escapando puntos vitales para nosotros”, reconoció.

“La primera parte fue muy igualada, pero en la segunda ellos entraron mejor y cuando quisimos reaccionar, sobre todo en los últimos veinte minutos, no fuimos capaces”, explicó el centrocampista coruñés tras el partido en el que los futbolistas recibieron el apoyo de cerca de 500 aficionados.