A Eneko Bóveda no se le escapa que la situación del equipo apenas invita al optimismo, pero al mismo tiempo rechaza que esté sentenciado en la lucha por la permanencia. "El equipo ni vaga por el campo, ni es un alma en pena ni está muerto", subrayó ayer después del entrenamiento de la mañana en Abegondo. Bóveda, sin embargo, reconoció que el tropiezo en Vitoria oscurece todavía más el horizonte para los deportivistas. "Cada oportunidad que perdemos implica que está cada vez más difícil el objetivo", reconoció.