Acalambrado por el esfuerzo después de asomarse poco por el equipo debido a una lesión inoportuna, Pedro Mosquera abandonó el viernes el césped de Riazor de manera diferente a como lo había hecho en otras ocasiones. Contra el Valencia tuvo que irse entre los silbidos de la grada después de una actuación discreta. Ante el Espanyol se marchó entre los aplausos de la grada, que reconoció su tremendo esfuerzo en una noche en la que el coruñés se reencontró con su versión más convincente.

Hacía meses que el centrocampista no conseguía cuajar un partido como los que acostumbraba en el primer tercio de la temporada 2015-16. Demasiado tiempo para un futbolista del que se esperaba que se convirtiera en una de las referencias del equipo sobre el césped y dentro del vestuario.

Temporada y media alternando el banquillo con apariciones esporádicas, sin embargo, menguaron una influencia que recuperó el viernes. Ante el Espanyol volvió a verse a ese centrocampista con recorrido y capaz de ofrecer alternativas en los momentos comprometidos para su equipo. Lo hizo especialmente en el tramo final del primer tiempo, cuando los visitantes más se estiraron.

El coruñés puso la calma necesaria y transmitió al equipo la confianza que a él le ha trasladado Seedorf. "Personalmente, desde que ha llegado me ha dado confianza. Los dos primeros partidos no he tenido suerte de ser titular, pero he trabajado para ponérselo difícil y acabé entrando en el once un fin de semana muy importante para nosotros. Estoy contento", reconoció ayer.

Mosquera terminó el partido con un 81% de precisión en el pase y como el segundo jugador, por detrás de Lucas Pérez, que más oportunidades logró crear para sus compañeros (3). Dentro de la mejoría del equipo, la suya fue la más destacada. Él lo achaca a la mano del entrenador después de semanas de trabajo.

"Seedorf venía con una idea muy clara que está intentando transmitirnos. Ayer (por el viernes) la plasmamos muy bien en el campo, con momentos muy buenos en la segunda parte y también en la primera. Es un gran profesional que tiene a todo el mundo enchufado, por lo que su llegada es positiva. Es muy perfeccionista, lo tiene todo muy estudiado. Supongo que como jugador ya era así y por eso llegó a donde llegó", reflexionó el centrocampista coruñés sobre el técnico que ha conseguido que recupere el pulso.