Huérfano de goles, el Deportivo había encontrado consuelo durante las últimas semanas en la mejoría del rendimiento defensivo. No era poco tratándose del equipo más goleado de la categoría con vistas a apurar unas opciones de permanencia muy comprometidas. Llegó Seedorf y armó el equipo desde atrás para frenar la sangría que arrastraban los deportivistas desde el comienzo del campeonato. En sus primeros tres partidos encajó tan solo un gol (la media anterior era de más de dos por encuentro), pero a costa de perder efectividad arriba. Antes de visitar Getafe, el conjunto blanquiazul no había conseguido marcar con el holandés en el banquillo. Ayer volvió a quedarse sin hacerlo y de paso regresó a las malas costumbres defensivas.

En dos acciones en las que faltó coordinación y a la vez contundencia el equipo enterró unos primeros treinta minutos en los que transitó por el partido con suficiencia. Un pase de Portillo a la espalda de Bóveda y Schär fue suficiente para desarbolar a la defensa en el primer tanto de los madrileños. Una pérdida inocente de Krohn-Dehli permitiría al Getafe marcharse con dos goles de ventaja al descanso.

Con eso le bastó al conjunto de José Bordalás, serio y confiado frente a un Deportivo que no encontró respuesta para corregir el marcador. Los pocos argumentos de los que disponía el equipo los ha perdido en las últimas semanas, esposado por la obsesión de Seedorf de protegerse a través de una propuesta rudimentaria.

No hubo rastro en la segunda mitad de las buenas sensaciones que habían dejado los deportivistas frente al Espanyol y el primer disparo entre los tres palos no llegó hasta el minuto 80. Con el de ayer son ya cinco partidos consecutivos sin ver puerta (uno con Cristóbal y cuatro con Seedorf), lo que representa una de las peores rachas del equipo en ese sentido. El pobre registro deriva de la escasa producción ofensiva del conjunto blanquiazul con el holandés al mando. A pesar de los palos acumulados en las jornadas más recientes, solo se han contabilizado seis remates a portería en los cuatro encuentros que ha dirigido Seedorf a los deportivistas.