Apenas cinco minutos tuvieron ayer a su disposición los periodistas gráficos para obtener imágenes del entrenamiento vespertino que Clarence Seedorf dirigió en Abegondo. Estaba fijado para las 17.00 horas, pero empezó con aproximadamente una hora de retraso. Fue entonces cuando los fotógrafos y cámaras de televisión recibieron el permiso para acceder al terreno de juego. Poco material captaron, porque a los cinco minutos de que los reporteros gráficos bajaran al césped Seedorf comunicó a su segundo, Valerio Fiori, que no quería más cámaras, e inmediatamente los reporteros recibieron la orden de que tenían que abandonar los campos de entrenamiento para que el Dépor siguiera trabajando sin testigos.