Seedorf volvió a hacer un análisis optimista pese a la delicadísima situación del Deportivo, que solo ha sumado dos puntos en los seis encuentros disputados desde su llegada al banquillo. "El fútbol no son números, el fútbol es en el campo, donde hay que analizar las cosas exactamente lo que pasa. Somos positivos, creemos en el objetivo y la afición tiene que creer en nuestro objetivo porque el año pasado fue una situación mucho peor. Quiero ser realista y no veo un equipo muerto, veo un equipo vivo", afirmó el holandés, quien considera normal que el Dépor no esté pudiendo ofrecer su máximo potencial. "Esperar que el Dépor pueda sacar en este momento, con todo lo que hay, mejor rendimiento de su potencial, esa era una expectativa errada. Eso puede pasar el año que viene con el mismo grupo. Ahora hay que estar muy juntos, unidos, seguir creyendo en el trabajo y no caer en el pesimismo", recomendó.

El técnico confía en que los seguidores del Deportivo sigan respaldando al equipo como hasta ahora. "Estoy convencido de que la afición no va a hacer un autogol. Este grupo merece apoyo porque trabaja fuerte y duro, y de un momento a otro la cosa puede cambiar. En ese momento todos van a creer, pero hay que creer ahora. Es fácil creer cuando las cosas cambien, pero hay que creer ahora -recalcó Seedorf-. Los chicos trabajan todos los días y están con moral, y con una victoria puede aumentar. Eso es lo que estamos buscando".

En su opinión, el Dépor estuvo sólido, salvo en esas dos acciones a balón parado en las que llegaron los goles: "No he visto ningún tipo de fragilidad sino un equipo que no ha dejado al Girona centrar casi ni ningún balón ni chutar a puerta. Lo que pasó fueron dos jugadas a balón parado. No tengo mucho que decir al equipo. Con balón hemos jugado nuestro mejor partido. Por otra falta llegó el 2-0 y eso te corta las piernas. El partido fue eso. El Dépor estaba ahí".

"Voy viendo semana a semana lo que conviene según las situación de los jugadores y los rivales. Hemos creado ya una identidad. El equipo sufre mucho menos el juego del adversario. Los rivales no llegan con facilidad a nuestra puerta. Hay varios aspectos muy positivos. Se esperaba un partido cerrado. El Girona juega al contraataque y no creó tantos. Contuvimos muy bien la fuerza del Girona. Otra fuerza que tienen es el balón parado y así consiguieron los dos goles. No se puede estudiar cómo van a meter el balón. En el segundo gol metieron un balón impresionante. El 2-0 fue un golazo", añadió en su análisis el técnico holandés.