Si repasamos los nombres de los 11 futbolistas elegidos por Seedorf para afrontar el estreno en Primera División en Montilivi, nos encontramos con su equipo más conservador. Si ya se traiciona el técnico, apaga y vámonos. El portero que tenía por culpa de las sanciones, cuatro defensas a su elección (realmente ya me cansa analizar la titularidad de Albentosa, ¿en serio?... algo habrá), trivote -lo pintes como lo pintes- y los tres indiscutibles arriba.

Y volvemos a lo mismo... y créanme los que me lean que pensaba que la sangría defensiva se había acabado, pues no, minuto 20 y por detrás... y gracias que en el 28 no estaba el partido acabado. Y en el 12 de la segunda ¿Otro? Otros casi dos metros desperdiciados en acciones defensivas a balón parado. Otra vez a remar contracorriente cuando sabes que ni la corriente te va a llevar a ningún puerto. Otra vez que se vacían los locales de hostelería (estoy en un templo como A Casiña y la gente se va.... y se va cansada y dolorida de ver lo que ven). Otra vez que tienes por delante minutos y nada... nada de nada, no esperas nada. Bueno sí, esperas que al acabar la jornada, Levante, UD Las Palmas y Málaga hagan lo mismo que tu. Triste consuelo.

A los que van dirigidas estas palabras tienen muchos más partidos que yo en Primera (yo solo 4... y sin marcar) y respeto profundamente eso, pero que repasen los nombres de los que estaban enfrente con una blanquirroja que ponía Orgull Gironí... fácil, fácil de traducir.

Pues eso, señores, en sus botas está. Todavía tienen tiempo.