Nadie puede dudar de quien nunca ha fallado. El deportivismo prepara el día D por la salvación. El equipo, a falta de diez jornadas y en una situación crítica, dispondrá de una de sus últimas balas en el duelo de mañana ante Las Palmas en Riazor. Las peñas blanquiazules no niegan que acusan el desgaste, pero preparan sus gargantas para empujar al grupo de Clarence Seedorf hacia una permanencia que ha entrado ya más en el terreno de la fe que en el de la esperanza. "La afición del Dépor siempre ha estado a la altura, a pesar de ese punto de desesperación con el que está viviendo esta situación. Durante el partido va a responder seguro", apunta David García, presidente de la peña La Estrella, decana de las agrupaciones en la ciudad, fundada en 1983. Adaptando aquella famosa frase de Toshack, Jorge Fernández, cabeza visible de la Pablo Amo de Verín, una de las más activas en los desplazamientos y habitual en Destino Riazor, desarrolla la teoría del ciclo de la vida de las ilusiones blanquiazules. "Cada vez que perdemos, el domingo no volveríamos nunca más, el lunes y el martes ya nos lo pensamos, el miércoles y el jueves andamos más animados y el viernes estamos como locos porque empiece el partido. Con poco que nos den... El ejemplo fue el día del Espanyol. El equipo se marchó aplaudido y eso que no había ganado. No hace falta ni llevarse la victoria, con que haya entrega, lucha, que metan la pierna...".

"Nosotros no fallamos". Levanta la mano Francisco Roca, presidente de la peña deportivista de Vilalba, la más antigua, creada en 1952. "Nosotros pondremos nuestro grano de arena, hasta hemos pillado alguna entrada de acompañante. La única solución es una victoria, no nos vale ni siquiera empatar", confiesa con temor quien se considera una persona "siempre optimista", pero que nota en los últimos tiempos "la tensión" en torno al Dépor por la deriva del proyecto. Albino Cores, máximo mandatario de la agrupación de Vilagarcía, no faltará tampoco a la cita, aunque reconoce que el horario no favorece la pretensión de convertir Riazor en una caldera. "Hubo 500 en Vitoria, 100 en Girona. La afición nunca va a fallar, es algo increíble. No ayuda que sea un sábado al mediodía porque mucha gente tiene que trabajar. Nosotros siempre llenamos el bus de Destino Riazor y esta vez ocuparemos poco más de la mitad de los asientos", asegura apenado, sin negar que mañana se vivirá un choque crucial: "Es una finalísima para nosotros. No ganar este encuentro sería la puntilla".

Francisco Pacheco Fraga, presidente de la peña deportivista de Burela, también ve este encuentro ante Las Palmas como "el último tren" para las aspiraciones blanquiazules y no duda sobre el Riazor que se encontrará el equipo: "La gente está cabreada y en algún momento explotará, pero frente al Espanyol aplaudió a los jugadores hasta el minuto 88. Para como están, la verdad es que se comporta de manera espectacular.", apunta.

Desastre, fracaso... La tregua de cada semana cuando el Deportivo salta al terreno de juego no consigue que a los seguidores blanquiazules se les nuble la vista al enjuiciar la situación que vive su equipo. Todos aluden a la "planificación deportiva" como el gran mal que ha llevado al conjunto coruñés a mirar a los ojos a la Segunda División.

"Ha sido un fracaso. Ya que se haya ido el director deportivo en enero no es buen síntoma". Paco Roca sabe que el problema este ejercicio ha estado, sobre todo, en cómo se ha fichado, en la estructura que sustenta esas decisiones estratégicas que se han tomado. Para Albino Cores no es algo "solo de esta temporada" y Jorge Fernández se apunta a la tesis de sus colegas y va más allá: sabe que en el propio club han hecho autocrítica. "Por lo que he hablado con algún directivo ellos mismos tienen claro que la dirección deportiva debe cambiar. Hoy en día no se trabaja así y encima la falta de dinero ya no sirve de excusa. La gente está muy quemada y a veces hasta la ves un poco resignada con la situación del equipo". Francisco Fraga recuerda que "ni siquiera echando al director deportivo" se enderezó el rumbo en el mercado de invierno y David García considera que llegará el momento de que, desde el club, se aporten las explicaciones pertinentes para poder entender cómo se ha llegado a esta situación. "No sé hasta qué punto, pero a este nivel de profesionalismo los responsables deben asumir lo que han hecho. La gestión deportiva es un desastre".