“Tengo que retirarme porque mi rodilla no funciona como yo quiero y así no se puede seguir. Hoy acaba una etapa de mi vida, pero mañana empieza otra”. El exdeportivista Cezary Wilk, hasta hoy jugador del Zaragoza, anunció de esta manera en rueda de prensa que dejaba la práctica del fútbol al más alto nivel. El mediocentro llegó a España por A Coruña. El proyecto de Fernando Vázquez del último ascenso a Primera División (2013-14) lo trajo del balompié polaco para ser un complemento de un equipo que se fue construyendo casi sobre la marcha, en plena competición. Tras estar en Riazor en la temporada del regreso a la élite con Víctor Fernández y Víctor Sánchez del Amo, se fue a la Romareda donde solo pudo jugar once partidos en tres temporadas, perseguido por unas lesiones que le han obligado a retirarse con 32 años (no disputa un duelo oficial desde septiembre de 2016). Wilk dejó en su comparecencia algunas píldoras del calvario por el que ha pasado: "A veces me despertaba 3 o 4 veces por el dolor por las noches. La decisión definitiva la tomé hace dos o tres semanas".