Cezary Wilk anunció ayer su retirada del fútbol a causa de los continuos problemas que le genera una de sus rodillas. El centrocampista polaco se lesionó hasta en tres ocasiones en los ligamentos y no ha terminado de recuperarse por completo. "Hoy es un día triste para mí porque acaba una etapa de mi vida, pero mañana me despertaré y empezaré otra", aseguró el exjugador deportivista ayer en la sala de prensa de la ciudad deportiva del Zaragoza.

Wilk aterrizó en el conjunto maño en 2015, a donde llegó procedente del Deportivo. El jugador polaco se había incorporado en el verano de 2013 al equipo blanquiazul para formar parte de la plantilla de Fernando Vázquez que intentaba regresar de nuevo a Primera División. Conseguido el objetivo, el polaco no dispuso de demasiados minutos en la máxima categoría, en buena parte a causa de las lesiones. A la conclusión del curso 2014-15 fichó por el club aragonés. En el Zaragoza apenas encontró continuidad debido a los problemas de rodilla que le han obligado a abandonar el fútbol en activo.

Ayer, en el momento de su adiós, recordó que la rodilla le "falla en el campo, después de los entrenamientos sufro dolor en casa y es la única decisión que podía tomar". "Cuando me despertaba por la noche tres o cuatro veces con dolor ya sabía que había algo mal dentro de mi rodilla", añadió el centrocampista sobre los meses de calvario que ha soportado.