Algo parecido a un milagro necesita el Deportivo para acabar salvándose después de no haber sido capaz de sumar más que 20 puntos en las 29 jornadas disputadas. Le quedan nueve partidos, 27 puntos en juego por los que pelear para acabar superando la desventaja de siete que ahora mismo tiene con el Levante, el rival que marca la frontera con los puestos de salvación. Es una misión muy complicada, una auténtica machada que pasa por hacer un final de campaña sensacional, similar al que completaron en los últimos años otros conjuntos aparentemente moribundos a estas alturas pero que se acabaron agarrando a Primera. "Muchas temporadas atrás los equipos que parecían más muertos al final se levantan, resurgen y salen de ahí. No es la primera vez que los últimos equipos ganan cinco partidos de ocho", recordó ayer Lucas Pérez. "Tenemos la esperanza y la ilusión de salir de ahí. Eso lo tenemos intacto. Lo que necesitamos también, anímicamente, es un buen resultado ", reconoció el coruñés.

Precedente reciente de equipo en descenso en la jornada 29 que acabó salvándose tras un final espectacular es el Sporting de Gijón de la campaña 2015-16. Tenía 24 puntos a estas alturas y acabó con 39 tras sumar quince en las nueve jornadas definitivas. En la anterior temporada, la 2014-15, fue el Granada el que salió del pozo gracias a los doce puntos sumados en este tramo final, mientras que el Getafe arañó catorce para esprintar hacia la salvación en el curso 2013-14. Son algunos ejemplos de equipos casi sentenciados, revitalizados en los últimos dos meses de competición.

Arreones sensacionales

El Deportivo aspira a una reacción similar para apurar hasta el final sus opciones de salvación, aunque su situación es tan dramática que puede que no le basten quince puntos más para evitar irse definitivamente al hoyo. Solo un arreón espectacular le garantizaría la permanencia, del estilo del que firmó el Espanyol en 2009 para elevarse desde los 25 puntos hasta los 47 gracias a los 22 que se embolsó de los últimos 27 posibles.

El Dépor se aferra a la historia para no perder la fe, cada vez más debilitada después de más de tres meses sin ganar. Catorce jornadas lleva el equipo coruñés si conocer la victoria, una mala racha larguísima que intentará romper en el Wanda Metropolitano pese a la extrema dificultad de la cita del domingo en el campo del Atlético. "Es muy difícil puntuar allí pero vamos con la necesidad de sacar los tres puntos. Nosotros tenemos mucha más necesidad que ellos. Vamos a tener un rival muy complicado en su campo, donde es muy difícil puntuar. Tenemos la necesidad de ir al Wanda a sacar los tres puntos", insistió Lucas antes del entrenamiento de ayer en Riazor.

Un triunfo ante el Atlético supondría un impulso anímico para todos y, por supuesto, también para el técnico, Clarence Seedorf, al que el ariete ve "con la misma ilusión del primer día que vino y con las mismas ganas de trabajar". "Sabe el potencial que tenemos y lógicamente está triste y desilusionado porque no salen las cosas. El empeño y el trabajo, nos lo recuerda todos los días, lo tenemos. A nivel anímico una victoria nos vendría muy bien para levantarnos todos y para coger mucha más confianza para la recta final. Necesitamos una victoria para cambiar el rumbo, una victoria para la moral, para la gente, para ver que nos sale el trabajo -recalcó el atacante coruñés-. En un grupo de tantos, beneficia, y eso es lo que necesitamos".

Hace tiempo, muchas semanas, que el Deportivo se quedó sin margen de error. Si quiere agarrarse a la Primera División debe sumar de tres en tres desde ya, sin mirar lo que haga el Levante. Es el momento de "convencer con hechos" porque "las palabras se las lleva el viento". "Cuando salto al campo no pienso si el Levante ha ganado o empatado. Me olvido de todo y lo que me preocupa es sacar los tres puntos. Da igual si el Levante pierde, gana o empata. Si nosotros no hacemos nuestro trabajo, no sirve de nada", concluyó el delantero del equipo coruñés.