El Deportivo brindó ante el Atlético de Madrid el que quizá ha sido el partido más serio y riguroso de toda la temporada. La imagen ofrecida distó mucho de lo que venía siendo habitual durante toda la campaña.

El Deportivo se mostró como un equipo con las ideas muy claras, capaz de ejecutar movimientos y acciones interiorizadas a base de trabajo táctico. Se agrupó bien en fase defensiva para contrarrestar las salidas en velocidad de los colchoneros, su principal virtud ofensiva. En los ataques posicionales, el Atlético nunca fue capaz de inquietar la meta de Rubén, más allá de lo que permitió el colegiado con el señalamiento de un muy riguroso penalti.

A partir de esa buena organización defensiva, ofensivamente el Deportivo también demostraba tener las ideas muy claras de cómo combatir a los madrileños; donde Lucas y Pedro Mosquera dispusieron de las ocasiones quizá más claras del partido. Así, unas veces Oblak, y otras el habitual desacierto rematador deportivista, impedían que el marcador se abriera a favor de los blanquiazules. Si un equipo se hizo merecedor del gol en la primera mitad del partido, este fue el cuadro coruñés.

Nada mudaba durante la segunda parte hasta que la salida del terreno de juego de Muntari, hacía retrasar la posición de Çolak. A partir de ese momento el juego ofensivo coruñés se resintió y aunque tampoco sufría en defensa como ha venido siendo habitual, lo cierto es que se reducían las posibilidades de poder sumar de tres en tres, que es lo que realmente necesita el equipo para poder aspirar a conservar la categoría. A pesar de ello, la tuvo Borja Valle en un momento del partido en que podría ser definitivo el resultado de su acción, y lo fue. Aunque de marcar, tampoco habría supuesto la victoria para el Deportivo.

En definitiva, un buen partido del cuadro coruñés, que de producirse allá por los meses de septiembre u octubre, supondría una carga de estímulos positivos e invitaría a llenarse de esperanza mirando hacia un futuro ilusionante. Lo malo es que la Liga avanza y el futuro para el Deportivo es tan inmediato que se funde con el presente.

No hay tiempo ni para las lamentaciones, pero la realidad de lo vivido el domingo en el campo de uno de los equipos más fuertes de la categoría, no hace otra cosa que invitar a mirar hacia atrás con impotencia y hacia el mañana con resignación. Algo se ha hecho mal, no cabe duda, porque a la situación actual del Deportivo no se llega como producto de un penalti riguroso, ni por factores ajenos.

En Primavera ya no hay margen para crecer, para mostrar argumentos de cara a un futuro inmediato, por eso, lo que ofreció el Deportivo el domingo, es fútbol que corresponde más al Otoño.