El resultado es lo más importante en el fútbol profesional. y el que esconde carencias y miserias hasta el punto de difuminar la cruel realidad. El Deportivo ganó el duelo de los peores clasificados de la liga con un plan de juego inexistente, una elección de futbolistas más que dudosa y lo que es más grave, un inquilino de banquillo, Clarence Seedorf, que demuestra una vez más que un excelente futbolista puede llegar a ser un pésimo estratega. Además, con el factor añadido de no sólo manejar mal la parte táctica y de desarrollo en el terreno de juego si no hacerlo aún peor en la sala de prensa con sus declaraciones rozando lo que es una falta de respeto en toda regla al aficionado en general por un lado y al abonado de pago por otro. Incomprensible. En otro orden de cosas la fractura social es manifiesta y dentro de ese "respeto" del que tanto se hace gala, es más que plausible que cada uno se manifieste como quiera de manera organizada o individual mientras no exista violencia de por medio. Tanta razón y derecho tienen quienes recriminan a la directiva y piden que se vaya como aquellos que están conformes con esta mediocridad. Y del juego ¿qué decir? Muy poco. Desde un planteamiento incomprensible todo se sostuvo una vez más en la resolución que propusieron futbolistas individuales fundamentadas en carreras verticales a los espacios, véase la jugada del penalti, llegadas desde atrás, como la anotación de los dos goles de Adrián, y las intervenciones del único futbolista que le da profundidad al fútbol ofensivo del equipo y criterio al juego interior: Emre Çolak. Dentro de las muchas críticas que se le pueden hacer a los tres entrenadores de este año la más cruenta es que se olvidasen de la máxima "poner a jugar a los mejores"; da la impresión de que caprichitos individuales y temas extradeportivos han condicionado demasiado las alineaciones de toda la temporada. Finalmente, es entendible que haya que vender ilusión desde los medios periodísticos pero por este resultado (peleando por el falso honor de no ser último), hablar de milagro, esperanza, recuperación... parece excesivo. El equipo como el propio club, continúa en cuidados intensivos.