El mejor de los escenarios posibles de la jornada acabó cumpliéndose ayer para el Deportivo después de la derrota del Levante ante el Atlético. Cinco puntos separan ahora a los blanquiazules de la permanencia con 18 todavía en juego. Necesitaba ganar en San Mamés el conjunto de Clarence Seedorf y al mismo tiempo esperar el tropiezo de los granotas para apurar sus opciones de permanencia. La ecuación terminó cumpliéndose para satisfacción de los deportivistas, que alimentan sus esperanzas de conservar la categoría en este tramo final del campeonato.

La ventaja sigue siendo generosa para el Levante, pero las dos victorias consecutivas logradas por el equipo le han servido para cambiar el ánimo. El optimismo que reclamaba Seedorf a pesar de sus discretos resultados se ha instalado en el ambiente a la espera de lo que ocurra en una semana decisiva en la que se disputarán dos partidos.

Buena parte de las esperanzas deportivistas de continuar en Primera se decidirán entre mañana y el viernes. Los compromisos ante Sevilla y Leganés serán determinantes para las opciones blanquiazules, que al menos han conseguido reengancharse a la pelea por la permanencia y al mismo tiempo recuperar a la afición para la causa.

Lo que necesitaban los seguidores blanquiazules era que el equipo le diera motivos para creer en una permanencia no hace mucho ya descartada. Lo ha hecho a través de dos triunfos que le insuflan vida en la clasificación a falta de seis partidos por disputarse.

El primero será ante el Sevilla mañana en Riazor, pero el conjunto de Clarence Seedorf volverá a mirar a los que ocurra con el Levante. Esa será su condena en lo que queda temporada y lo que le obligará a convivir con una tensión doble. Una victoria ante el conjunto andaluz mantendría a los deportivistas en ese estado de ánimo formidable y al mismo tiempo contrarrestaría el resultado de los granotas en uno de los compromisos más asequibles que le quedan. Recibirán a un Málaga prácticamente desahuciado en su estadio con el objetivo de conservar esa renta cómoda de la que disfrutan a estas alturas de la competición. Mantenerla o conseguir reducirla ya sería un triunfo esta semana para los deportivistas.