Se acabó la esperanza. El Deportivo ya está en Segunda a falta de tres jornadas por disputarse. La temporada que estaba destinada a ser la de la consolidación en la máxima categoría se convirtió desde muy pronto en una auténtica tortura, acentuada desde enero, cuando el equipo coruñés regresó a una zona de descenso de la que ya no fue capaz de levantarse. Vuelve a Segunda con antelación, sin tan siquiera ser capaz de apurar sus opciones de salvación hasta el final. Con tres partidos todavía por delante, el Dépor se queda de forma anticipada sin posibilidades matemáticas. Necesitaba ganar al Barcelona para seguir aplazando lo inevitable, pero no hubo milagro pese a los minutos de esperanza posteriores al 2-2 momentáneo. El equipo dio la cara y nunca bajó los brazos pese a la sentencia del Barça, que ejecutó definitivamente al Dépor con otros dos goles en la recta final.

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El Dépor cae ante el Barça y se va a Segunda

El desastre se consuma tras una vuelta entera en el pozo, desde la derrota en Riazor ante el Valencia (1-2) con la que se llegó al ecuador del campeonato. El 13 de enero volvió a la zona de condena, que ya había ocupado anteriormente durante algunas jornadas, y ya no fue capaz de levantarse.

La temporada empezó igual que terminó la anterior, con muchas dudas y unos resultados decepcionantes. Nueve partidos aguantó Pepe Mel al frente del equipo hasta su destitución. El elegido para buscar la reacción fue Cristóbal Parralo, quien tampoco consiguió que el equipo despegara. Después de trece partidos, el andaluz fue relevado tras la goleada en Anoeta (5-0).

El club apostó entonces por Clarence Seedorf en busca de un líder capaz de reanimar a un grupo de futbolistas cabizbajo y sin confianza por la desastrosa racha de resultados. La mejoría tampoco llegó con el técnico holandés, que necesitó nueve encuentros para celebrar su primera victoria. Logró dos seguidas, contra Málaga y Athletic de Bilbao, las únicas desde el último relevo en el banquillo. La reacción, si es que realmente la hubo, llegó demasiado tarde. Tampoco ayudó el sobresaliente final de temporada del Levante, al que sí le funcionó la carta del cambio de entrenador con Paco López.