El Deportivo se despidió ayer de Primera División en Valencia con una nueva derrota y un bagaje trágico. Nunca antes el club había sumado tan pocos puntos desde que se instauró el sistema actual y hay que remontarse cinco décadas para encontrar una cifra de goles encajados tan espeluznante (75). El partido de ayer en Mestalla bien podría servir como reflejo de una temporada para el olvido y de un equipo que se propuso aspirar a cotas ambiciosas con argumentos endebles.

Nunca alcanzó el Deportivo una identidad, no la tuvo con Mel, ni con Cristóbal ni con Seedorf, igual que le ocurrió ayer durante un encuentro en el que se mostró distraído con una alineación de circunstancias en la que convivieron canteranos y jugadores sin demasiado protagonismo a lo largo del curso. Solo con la entrada de Lucas y Adrián en el tramo final del partido logró ser competitivo el conjunto de Seedorf, que durante buena parte del compromiso se comportó como un espectro.

Solo la iniciativa de Çolak en los primeros minutos consiguió frenar el dominio de un Valencia festivo que celebró ante su público su regreso a la Liga de Campeones después de una temporada meritoria. De las acciones del turco partieron la mayoría de aproximaciones de los blanquiazules al área rival. No pudo aprovecharlas un Borja Valle demasiado solo en la delantera, desasistido también por Bakkali y Gerard Valentín, voluntariosos pero al mismo tiempo muy imprecisos ayer.

A los dos se les presentó una oportunidad de poner algo de brillo a una temporada oscura y acabaron engullidos por la discreta actuación colectiva que volvieron a firmar los deportivistas. Del tropiezo de Mestalla solo se puede extraer la actuación esperanzadora que firmó el juvenil Mujaid. Sin apenas haber jugado todavía con regularidad en el filial, al joven defensa se le adivinaron cuajo y maneras de futbolista que el club deberá evaluar ahora detenidamente para el proyecto que se avecina en Segunda División. Su evolución necesitará tiempo, pero también una buena dosis de confianza que deberá partir de instancias mayores.

Por lo pronto ayer se mostró como el jugador que le hizo ganarse la atención de Seedorf en un momento en el que la cantera prácticamente desapareció de los planes del holandés. Futbolista sobrio y con carácter, en Mestalla también se pudieron comprobar sus cualidades en la salida del balón. Fue el más acertado en un nuevo partido gris de la defensa blanquiazul.

Falló Fernando Navarro en el primer tanto del Valencia y estuvo especialmente desafortunado Luisinho durante buena parte del encuentro. Hasta el gol de Zaza que inauguró el marcador el Deportivo se había sostenido más mal que bien en el encuentro. Pasó apuros, pero tuvo un amago de desplegarse hacia la portería de Jaume antes de que el italiano recogiera un mal despeje dentro del área. El delantero estuvo atento para conectar un disparo cruzado y mordido que no pudo alcanzar Koval después de un centro desde la banda derecha deportivista. Navarro despejó de manera defectuosa, muy blando y de espaldas, y dejó el tanto en bandeja para Zaza, que pudo hacer falta sobre Luisinho.

Poco antes Borja Valle había tenido la oportunidad de adelantar al conjunto blanquiazul después de un servicio de Bakkali. El berciano logró orientar el balón con el pecho, pero Jaume consiguió adelantarse. También el defensa pudo haber desequilibrado al delantero deportivista antes de que lograra rematar.

Poco necesitaba el equipo de Seedorf para mejorar una primera parte muy pobre, pero lo que se encontró al regreso del descanso fueron las acometidas constantes de los valencianistas, que estuvieron a punto de ampliar el marcador en varias ocasiones antes de que Guedes pusiera el segundo. Hasta en dos ocasiones estrelló el balón en el larguero y se pudo aprovechar de una pifia de Koval que él mismo se encargó de enmendar. El ucraniano entregó la pelota a Guedes con una cesión muy comprometida y el portugués lo intentó sorprender con un lanzamiento de vaselina que finalmente logró despejar.

No había rastro del Deportivo por entonces, que encontró protagonismo después del segundo tanto gracias a Adrián y Lucas. Entre los dos fabricaron el gol con el que los blanquiazules recortarían distancias. La jugada fue obra del asturiano, que logró arrancar desde la izquierda para sacar un pase hacia atrás que conectó el coruñés de primeras.

El Deportivo rozaría poco después el empate con un remate de Krohn-Dehli que rechazó Jaume. No llegó Lucas por poco para maquillar el resultado y la imagen mostrada ayer por el equipo. Seedorf, sin embargo, aún tenía reservado un último golpe de efecto con la sustitución de Koval. Con el equipo en sus mejores minutos y acechando el área del Valencia, el holandés decidió darle minutos a Tyton. Con ello se puso punto y final al sainete de la portería y también a una temporada que ha sido para olvidar del primero al último partido del campeonato.