La empresa de elaboración y distribución de bebidas no alcohólicas Schweppes acaba de presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) ante la Consellería de Traballo que afecta a los 46 empleados de la factoría de Sabón, que cerrará sus puertas en verano para trasladar la producción a la planta de Toledo, la más moderna de las cuatro que actualmente tiene la empresa en España.

Schweppes presentó el ERE el pasado jueves, después de haber llegado a un acuerdo con el comité de empresa que fue respaldado por unanimidad en una asamblea de trabajadores. La compañía ha ofrecido un plan de prejubilaciones para los 26 empleados mayores de 52 años "en condiciones muy ventajosas", según informó el portavoz del comité, y el traslado de los otros veinte a las fábricas que concentrarán la producción de la gama de productos (La Casera, Trina, Tónica, Pink Fish y Canada Dry). "La empresa garantiza un puesto de trabajo en buenas condiciones a todos aquellos que se quieran ir", detalló el portavoz de la plantilla. Los que no deseen abandonar la ciudad podrán dejar la empresa con el compromiso de recibir 6.000 euros y una indemnización adicional de 50 días por año trabajado.

El acuerdo entre la plantilla y la dirección de Schweppes se produjo en diciembre, aunque las dos partes acordaron dar un plazo de un mes a los empleados que deben escoger entre el traslado o la indemnización. "Todavía hay gente que se lo está pensando, pero de los veinte, hay unos ocho decididos al traslado", añadió el portavoz.

Schweppes ya ha iniciado la reforma de las fábricas que absorberán la producción y la plantilla de A Coruña, que se trasladarán de forma progresiva a partir del mes de marzo y hasta el 31 de junio, fecha prevista para el cierre.

El comité -formado por cuatro delegados de Comisiones Obreras y uno de UGT- expresó su confianza en que el proceso se completará tal y como está previsto. "No podemos decir que estamos satisfechos porque se cierra la fábrica, pero se garantizan los puestos", dijo el portavoz del comité. La fábrica de Arteixo fue inaugurada en 1974, llegó a tener 150 trabajadores y estaba centrada en la fabricación de bebidas en envases de vidrio retornable, que ha perdido mercado en beneficio de las latas y el ' y su maquinaria se ha quedado obsoleta para otro mercado.