El grupo cerámico Sargadelos pretende aprobar un nuevo Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal, esta vez de ocho meses de duración, para la cadena de producción, unos 200 empleados repartidos entre las fábricas de Castro de Samoedo (Sada) -en donde afecta a 104 empleados, según los sindicatos- y Cervo (Lugo), que acaban de volver a sus puestos de trabajo tras un primer ERE que redujo en un tercio su jornada laboral durante seis meses.

La propuesta de la dirección de la empresa, que registró su solicitud ante la Inspección de Trabajo el pasado viernes 13, difiere de la inicialmente planteada a la plantilla en octubre pasado, cuando el presidente de Sargadelos, José Luis Vázquez, prometió aplicar un nuevo ERE de reducción de jornada en un 30%. El cambio de rumbo obedece, según explicaron fuentes sindicales, al relevo al frente de la gerencia, que desde octubre ocupa José María Martínez Cortizas, que considera necesaria una mayor reducción de los costes laborales.

Los sindicatos ya informaron de la nueva propuesta a la plantilla, que la rechaza porque tras la aplicación de esta nueva regulación, habrán consumido 160 días de paro -los 100 que plantea ahora la empresa y los 60 del primer ERE-, y en caso de que la empresa no remonte sus malos resultados y los despida, perderán 40 días de prestación por desempleo. Y es que el Gobierno garantizó en marzo, con la modificación de la regulación laboral, que los trabajadores afectados por un ERE en el que hayan consumido un máximo de 120 días de prestación, podrán recuperarlos si son finalmente despedidos.

La plantilla también rechaza que la restricción afecte sólo a la cadena de producción, dado que la propuesta de la empresa excluye a los puestos directivos y departamentos de recursos humanos, y recuerda que los trabajadores ya se sacrificaron por la empresa. "La mayoría de los trabajadores llevan muchos años en Sargadelos y pasaron otras crisis que nunca les afectaron y recuerdan que lo único que ha cambiado entre ésta y otras recesiones es la gestión de la empresa y el consejo de administración, por lo que cabe concluir que puede haber alguna responsabilidad que obliga a la dirección a sacrificarse también", explica Juan Ramón Paseiro de UGT.

La plantilla exigió en una primera asamblea -la próxima se celebrará mañana- que el ERE se redujese a seis meses y que la empresa se comprometiese a cambio a no despedir a ningún trabajador en el año siguiente al ERE, una condición que la gerencia prefiere no asumir. La dirección sin embargo sí acepta ampliar la reducción de jornada del verano en un mes, al reconocimiento del derecho a las vacaciones íntegras y a crear una comisión de seguimiento del expediente que se reúna cada dos meses. Los sindicatos, que han iniciado el periodo de consultas con la empresa, advierten de que las posturas que defienden las dos partes están "muy lejanas", y que la empresa ya adelantó que no piensa ceder más. Advierten de que en caso de que el jueves no haya respaldo de la plantilla, convocarán movilizaciones para intentar impedir que la Consellería de Traballo apruebe la regulación laboral.

El grupo cerámico Sargadelos aplicó su primer ERE entre mayo y octubre tras acumular una deuda superior al millón de euros y una caída de las ventas de un 30%. Tras la regulación laboral, que también perseguía reducir el excedente de piezas, la empresa hizo públicos nuevos datos. El stock sólo se había reducido un 15% y las ventas acumulaban una caída de un 25% con respecto a las cifras de 2008. La empresa tampoco logró renegociar su deuda con los bancos.