Con la resaca todavía de la polémica de la nueva ley eólica y el canon, la Consellería de Economía e Industria confirmaba esta misma semana su intención de licitar antes de que acabe el semestre los 2.300 megavatios (MW) pendientes del concurso del bipartito y alcanzar los 6.500 en 2015. Un año antes de los plazos que maneja Red Eléctrica de España (REE), el gestor del transporte de la electricidad. "No vamos a arrastrar los pies en ningún proyecto, tienen mi compromiso", asegura rotundo el presidente de la compañía. Con la misma firmeza Luis Atienza recuerda que existen "restricciones" ajenas a REE. Que Galicia pueda doblar la potencia eólica que tiene actualmente depende del refuerzo de las tres grandes líneas de conexión con Asturias, la Meseta y Portugal, pero también del desarrollo de la capacidad de todo el sistema eléctrico español -especialmente el enlace con Francia- y también de cómo evolucione el consumo, "un elemento que no controlamos ni unos ni otros". A diferencia de la tramitación de las obras de mejora en la red, en manos de los poderes públicos, "con dificultades crecientes" por la oposición vecinal y de incluso las propias administraciones.

Hace apenas quince días que REE cumplió un cuarto de siglo. A sus manos, cuando se creó, llegó entre otros el proyecto de la línea que une Asturias y Castilla y León, el polémico tendido entre las localidades de Sama y Velilla. Pues 25 años después sigue sin completarse por la fortísima negativa social y política, con la previsión de que no llegue antes de 2012 y la amenaza de que la tramitación acabe en los tribunales. El ejemplo más claro de lo difícil que es levantar nuevas infraestructuras eléctricas. "Una línea que va como un tiro tarda unos cuatro años, lo normal es que se alcancen los seis años y algunas, como ésta, se atascan", explica Atienza en una entrevista con LA OPINIÓN.

Las presiones vecinales y de no pocos concellos se están viviendo también aquí en Galicia con el enlace de la comunidad a la autopista energética del Cantábrico, "fundamental", según REE, para garantizar el incremento previsto en la eólica. La línea que va de Boimente (Lugo) a Pesoz (Asturias) está pendiente de la declaración de impacto medioambiental, a la que tendría que seguir luego la autorización administrativa. "No controlamos ese calendario", avisa Atienza. "Una línea -se queja- que ha tenido una complejidad administrativa que a mí se me escapa".

La garantía que la compañía pone encima de la mesa es que una vez que cuente con los permisos necesarios, "en 18 meses" estará concluida. Pero tampoco es suficiente. Porque el sistema eléctrico es un todo, no hay sistemas autonómicos aislados. "A Galicia le importa la Sama-Velilla porque si no su capacidad de evacuación por la cornisa se puede ver frenada, hay otra generación eólica o térmica en Asturias que dificultaría ese proceso", recuerda Atienza.

Más claros están los plazos para las otras dos grandes líneas estratégicas que mejorarán "extraordinariamente" la robustez de la red eléctrica gallega y de las que depende la integración de los 6.500 MW eólicos en condiciones de seguridad y calidad. La Trives-Aparecida, que va de Ourense a Castilla y León con 400 kilovoltios, el doble que ahora, para seguir incidiendo en la conexión con la Meseta hacia Madrid, una gran consumidora de electricidad. Los trabajos concluirán el año que viene. El proyecto de mejora de interconexión con Francia, "un poco más retrasado" por el replanteamiento del trazado, acabará en 2014.

Precisamente por la misma razón del impacto que para Galicia tienen los problemas de la línea eterna Sama-Velilla, los planes eólicos de la Xunta tienen que tener muy presente la conexión con Francia. La gran prioridad ahora del sistema eléctrico español en calidad de encaje con el sistema europeo. El enlace actual tiene una capacidad de exportar o importar tan sólo 1.400 MW. "Ridículo", señala el presidente de REE. Sobre todo si tenemos en cuenta que la demanda máxima de electricidad alcanza los 45.000 y la variabilidad de la eólica va de los 12.700 MW que aportó el pasado día 5 en pleno temporal de viento y los 150 que llegó a registrar hace meses en una jornada de anticiclón.

El colchón europeo

La interconexión con Francia es "un colchón" para el sistema en la medida en la que permite evacuar la energía que aquí sobra -el sistema sólo puede aguantar la electricidad que se está gastando, "un equilibrio instantáneo"- o traerla del resto de Europa cuando se necesita. "Los sistemas eléctricos son más estables cuanto más grandes, tienen una mayor inercia porque hay muchos generadores en condiciones de responder al tirón de la demanda o a una situación de pérdida de un generador", indica Luis Atienza.

A diferencia de las fuentes convencionales, "muy obedientes, muy gestionables" -"Dar instrucciones a una presa para abrir o cerrar las compuertas o a las centrales térmicas de carbón o gas para abrir o cerrar los quemadores", ejemplifica-, tanto la eólica como la solar suponen un reto. "A medida que incorporamos mucha más generación renovable, que no va a depender de nuestra voluntad sino de si sopla el viento o hace sol, necesitamos desarrollar una capacidad de respuesta a la demanda en función de la disponibilidad de la oferta".

Y ahí entra también la importancia de la incidencia sobre la demanda. En horas bajas por la crisis, aunque la previsión es que se recupere. "En función de cómo se comporte, afecta a la capacidad de integración de la eólica, no sólo de Galicia, y pone más fácil o más difícil adelantar el plazo de los objetivos", señala Atienza. Más allá de la coyuntura económica, REE hace una apuesta clara por la gestión del consumo y contribuyan a que durante la noche, cuando habitualmente crece la producción eólica y la demanda cae en picado, se aproveche todo el potencial del parque de generación de renovables. Ahí entra la importancia del coche eléctrico -y su papel de almacenamiento-, como las hidráulicas de bombeo y los electrodomésticos que se conecten según la energía disponible.

"Con el doble de eólica que la actual habrá muchas horas al año que aporten entre 23.000 y 25.000 MW mientras que nuestra demanda por la noche será de 20.000 o 22.000. Nos sobrará la tira", dice Atienza. ¿Habrá que apagarlos? "Habrá que apagarlos y eso es un derroche", afirma.