Las negociaciones formales entre Caixa Galicia y Caixanova para intentar cerrar una fusión arrancarán la semana que viene y según fuentes próximas al proceso, en Santiago. Los directivos de ambas cajas no han dejado de mantener contacto telefónico desde que el consejo de administración de Caixanova dio luz verde el pasado martes a las conversaciones formales para crear la quinta caja de ahorros de España en número de activos. Y lo más probable es que se mantengan así, como contactos preliminares, hasta que a partir del lunes se fije lugar, fecha y hora para la primera de las reuniones formales entre los directivos de las entidades, clave para comprobar la capacidad de entendimiento que existe entre las direcciones de Caixa Galicia y Caixanova.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aseguró el pasado martes que las negociaciones comenzarían en cuestión de horas, como algo inminente, pero fuentes próximas al proceso advierten de que lo que está sobre la mesa no es una cuestión menor y que la preparación de las reuniones es casi tan importante como su desarrollo para que el proyecto llegue a buen puerto.

La preparación de la documentación y, sobre todo, de la estrategia de la negociación es lo que preocupa y ocupa de momento a los protagonistas del proceso. Los directivos de Caixa Galicia y Caixanova trabajan de momento por separado en el análisis de la integración de sus negocios y en la preparación de las condiciones irrenunciables, las líneas rojas, que cada parte pondrá sobre la mesa a partir del lunes.

Si los contactos previos al acuerdo de inicio formal de conversaciones para una fusión fueron discretos, los conocedores del proceso dan por hecho que la negociación que se avecina se producirá en un entorno mucho más reservado para evitar que la polémica política haga fracasar unas conversaciones que se esperan ya muy complejas y que, según el sector, deben permanecer en el ámbito exclusivamente financiero. El Banco de España seguirá de hecho muy de cerca el proceso y las cajas ya cuentan con mantenerlo informado día a día de los avances en el proyecto económico de la nueva caja. El supervisor bancario, que fue quien desbloqueó el marcado distanciamiento entre Caixa Galicia y Caixanova sobre la fusión, quiere hacer un seguimiento del proyecto para poder dar una respuesta prácticamente inmediata si finalmente las cajas se ponen de acuerdo y presentan un protocolo de fusión con un cálculo definitivo de las ayudas que solicitarán al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).

Y es que precisamente la financiación de la operación es el mayor inconveniente que Caixanova le ve desde un principio a la alianza. Cuestiona los cálculos de la auditoría o due diligence encargada por la Xunta a la consultora KPMG, que cifra el crédito necesario en 1.190 millones de euros.

Caixa Galicia sin embargo no sólo lo tiene claro sino que su director general, José Luis Méndez, aseguró en el consejo de administración que hace una semana aprobó el inicio formal de las conversaciones y en su posterior reunión con los sindicatos que las cifras de KPMG servirían de referencia para la negociación de la alianza y que contaban con el aval del Banco de España. Los números sin embargo están aún por concretar y de ellos van a estar muy pendientes los sindicatos.

Los líderes de las centrales representadas en el comité de empresa de Caixa Galicia respiraron algo mejor a partir del miércoles, cuando los dos máximos responsables de la caja les garantizaron que la fusión que se pretende es equilibrada. Pero, como reconoce Julián Valiente, de Comisiones Obreras -sindicato mayoritario en Caixa Galicia- los trabajadores permanecerán vigilantes al proceso y ya lanzan las primeras advertencias: "Lo que tenemos claro es que tanto en Caixa Galicia como en Caixanova los trabajadores de Vigo, A Coruña, Lugo o Murcia tienen la misma importancia a la hora de negociar; que nadie piense que vamos a aceptar divisiones de empleados de primera y de segunda por el hecho de no estar en Galicia", comenta. Y es que si la negociación confirma los datos de KPMG, 290 oficinas tendrían que cerrar y las de fuera de la comunidad serán las primeras. Los sindicatos de Caixanova también buscan una explicación sobre la estrategia de la caja. El jueves 15, en una reunión entre directivos a la que irán como invitados, esperan salir de dudas.

El Gobierno dará beneficios fiscales a las fusiones frías para promover las alianzas

El Gobierno facilitará las fusiones virtuales a través de un Sistema Institucional de Protección (SIP) entre cajas otorgándoles un tratamiento fiscal análogo al de las fusiones reales. Con ello, las entidades que opten por agruparse, sin pérdida de su independencia y personalidad jurídica propia, mediante la fórmula del SIP no se verán penalizadas en la liquidación de tributos tales como el de sociedades y el IVA respecto a las integraciones reales entre sociedades. Esta medida podría acelerar o facilitar algunos procesos en ciernes, como el que están analizando la asturiana Cajastur, Caja Extremadura, Caja Cantabria, Caja Murcia, Caixa Penedés y la balear Sa Nostra, entre otras posibles.

La reforma será previsiblemente aprobada por el Consejo de Ministros del próximo viernes dentro de un decreto que aprobará 24 de las 54 medidas anticrisis que el Ejecutivo de Zapatero presentó el pasado 22 de marzo para llegar a un acuerdo y que incluía la introducción de incentivos fiscales a la rehabilitación de viviendas.

La nueva regulación pretende además garantizar la seguridad jurídica de los SIP, una medida que también ha sido demandada por el sector y la patronal de las cajas como medio para agilizar la reestructuración del sistema financiero. Las cajas sin embargo demandan que este tipo de fusiones se pueda articular a través de una gran caja en lugar de una ficha bancaria, como ocurre ahora, lo que en opinión del sector, provocará una privatización de las cajas. El Gobierno se propone también reducir los plazos y trámites asociados al funcionamiento del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).