Casi dos años después de que Martinsa Fadesa se declarase en concurso voluntario de acreedores (15 de julio de 2008), una de las sociedades de la inmobiliaria ha decido seguir sus pasos: Residencial Coruñesa de Viviendas.

Su nombre es desconocido para casi todo el mundo, pero sin embargo fue la promotora encargada de poner en marcha uno de los desarrollos urbanísticos más importantes de la ciudad en los últimos años: la construcción de más de 800 viviendas en Os Rosales en la segunda mitad de los noventa.

La declaración del concurso voluntario de acreedores, realizada ayer por el Juzgado de lo Mercantil de A Coruña, no afecta a los propietarios de las viviendas de la urbanización, aunque sí a aquellos que han demandado a la promotora por las deficiencias en la construcción de sus inmuebles. Las reclamaciones casi alcanzan los cuatro millones de euros y debido a la nueva situación de la promotora inmobiliaria deberán ponerse en la cola de los acreedores si las demandas ante el juzgado finalmente prosperan.

En su última memoria, Fadesa reconoce que Residencial Coruñesa de Viviendas ha sido demandada por la comunidad de propietarios de las calles Emilio González López, Simón Bolívar y Manuel Azaña por "deficiencias" en las viviendas entregadas en 1997. La inmobiliaria admite que la cuantía de la demanda es de 3,3 millones de euros. Además, también señala que Residencial Coruñesa de Viviendas ha sido demandada por la comunidad de propietarios de la Avenida Alfonso Rodríguez Castelao (números 1, 2, 4, 6 y 8) "en reclamación de deficiencias y de indemnización porque, según ellos, las plazas de garaje no cumplen las características contratadas". Los pleitos aún continúan en los juzgados coruñeses.

Hasta el pasado mes de octubre, el administrador único de la sociedad era Fernando Martín, máximo accionista de Fadesa. A partir de esa fecha, hubo un cambio y ahora los apoderados mancomunados solidarios son una veintena de directivos de la firma liderados por el director general, Luis Cuevas Puerta.

Residencial Coruñesa de Viviendas "no tenía ningún tipo de actividad en los últimos años", aseguran fuentes de Fadesa. La sociedad tampoco tenía patrimonio ni trabajadores y la petición de concurso de acreedores se ha tomado "como una medida de protección", según las mismas fuentes, para evitar los gastos que suponen tener la sociedad en funcionamiento.

Desde ayer, los acreedores tienen 15 días de plazo para poner en conocimiento de la administradora concursal, Josefa Rúa Gayo, la cuantía que Residencial Coruñesa de Viviendas les adeuda. Según el edicto del juez, la firma, con sede en el Edificio Fadesa, de Alfonso Molina, "conservará las facultades de administración".