La dirección de Caixanova no ve nada clara su posible fusión con Caixa Galicia e insiste en poner trabas a la financiación de la operación, calculada en 1.190 millones de euros por la auditoría encargada por la Xunta a la consultora KPMG. El consejo de administración -máximo órgano rector de la caja- aprobó hace tres días y por unanimidad iniciar los contactos formales con la entidad que dirige José Luis Méndez para intentar crear una gran institución financiera gallega, la cuarta en activos de España.

El director general de Caixa Galicia defendió la semana pasada ante el consejo de administración de la entidad que el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, había dado su visto bueno a la auditoría que encargó la Xunta y considera viable la alianza gallega, pero ni así la caja viguesa lo tiene tan claro. Y sus reservas amenazan con afectar a la negociación que todavía no ha arrancado de forma oficial. "Este proceso es el más mediático de los que hay en toda España y eso no es bueno", explican fuentes próximas al proceso que no dudan en identificar en estas reticencias una evidencia de una escasa voluntad de Caixanova por negociar una alianza a la que su presidente, Julio Fernández Gayoso, no ha hecho otra cosa que oponerse.

Más que la disposición a liderar el proceso mostrada por Caixanova, que se identifica como una postura meramente estratégica, preocupa que la entidad viguesa no opte por un camino más discreto, ante el inminente inicio de las negociaciones formales, a partir de la semana que viene. Gayoso fue muy escueto en sus explicaciones ante el consejo de administración y defendió la necesidad de evitar el ruido.

Pero ni siquiera los consejeros de la entidad han respetado esa llamada al silencio. El presidente de la Cámara de Comercio de Vigo, José García Costas, no dudó ayer en aprovechar un acto público para mostrar su escepticismo ante una fusión con Caixa Galicia. "Todos conocen mi opinión sobre este tema y voy a dejar que el proceso avance y los número salgan para que pueda cambiar mi postura", expuso antes de hacer un llamamiento a la discreción en el proceso.

García Costas reconoció sin embargo que las condiciones para la alianza "ahora son distintas", -en alusión a la que pretendía la Xunta y a la que el dirigente cameral se opuso rotundamente- y atribuyó a "informaciones sesgadas y mentideros" los repartos de poder que Méndez y la Xunta pactaron con Gayoso, según el alcalde de Vigo, Abel Caballero. El dirigente empresarial vigués se unió de hecho a quienes consideran excesivas las manifestaciones de Caballero sobre la fusión gallega, aunque sin nombrarlo: García pidió "moderación y prudencia" a quienes hablan "con más rotundidad, a quienes agreden ante una posible fusión" porque, admitió, "cualquier información sobre el reparto de poder puede ser perjudicial para el proceso". Pero el regidor vigués no se dio ayer por aludido e insistió en su ofensiva contra la integración, al asegurar que con el actual escenario, existen "más probabilidades de que Caixanova siga sola" que de que se produzca una fusión. Abel Caballero insistió en que el presidente de la caja resultante será Julio Fernández Gayoso y que José Luis Pego (director general de la entidad) liderará un equipo directivo "con diez personas de Caixanova y una de Caixa Galicia".