Galicia depende cada vez más de los recursos energéticos que proceden del exterior, sobre todo petróleo, gas natural y carbón. En la última década la comunidad gallega ha reducido a la mitad su capacidad para autoabastecerse. Según el último informe del Instituto Energético de Galicia, en la actualidad sólo el 13% de la energía gallega es propia, mientras que el resto se tiene que importar del exterior. Esta dependencia se ha agudizado tras la entrada en vigor en 2007 de la directiva europea que obligó a cerrar las minas de lignito pardo que abastecían las centrales térmicas de As Pontes y Meirama. Al dejarse de extraer carbón en Galicia, el viento se ha convertido en el principal recurso energético autóctono de la comunidad autónoma.

Hasta el momento era el carbón el que ocupaba el primer puesto, pero la UE obligó a Galicia en 2007 a dejar de explotar el lignito pardo, ante los elevados niveles de contaminación que producía su combustión. As Pontes y Meirama para poder seguir funcionando deben importar a partir de ahora otro tipo de carbón, menos contaminante, aunque antes deberán adaptar sus instalaciones. Esto no sólo aumenta la dependencia de Galicia del exterior, sino que convierte el viento en la mayor fuente de energía de la comunidad autónoma acaparando el 34% de la tarta energética.

Paradójicamente el sector que explota el principal recurso energético propio de Galicia ha sufrido un parón, pues en la pasada legislatura no se adjudicó ningún nuevo megavatio eólico y tras el cambio de gobierno la Xunta anuló el reparto del bipartito para sacar a concurso de nuevo los parques.

Tras el viento el segundo recurso energético más importante de los que se generan en la comunidad gallega es el agua, que representa el 27%, y después están la biomasa y el biogás, con el 25,4%. Sin embargo, todas esta fuentes energéticas juntas sólo representan el 13% de la energía que se necesita en Galicia. El 86% restante debe importarse del exterior -hace una década este porcentaje era sólo del 74%-. La mayor parte de la energía que se trae de fuera es crudo y productos petrolíferos (57%), el gas natural representa el 14,3% y el carbón el 14,1.

Toda esta energía, la que se extrae de Galicia y la que procede del exterior se transforma luego en la electricidad que se distribuye a los hogares, en calefacción o en carburantes para coches.

La necesidad de importar petróleo para el transporte es uno de los factores que más influyen en la mayor dependencia energética de Galicia, pero si se tienen en cuenta sólo los consumos eléctricos y de calefacción la capacidad de autoabastecimiento de la comunidad autónoma también se reduce año tras año. La razón es el agotamiento del carbón autóctono y la mayor cantidad de gas natural importado. Así, hace cuatro años el 58% de la electricidad se generaba en Galicia, porcentaje que ahora se ha reducido a sólo el 39,5%.

Como contrapartida la comunidad gallega destaca en su apuesta por las fuentes renovables. De todo el consumo energético el 14% son limpias, el doble que en España (7%) y casi el triple más que en la UE (4,1%). Si se mide sólo el consumo eléctrico, el 61% de la electricidad consumida en Galicia en el año 2008 procedió de recursos renovables, como el viento o el agua. Aún así, fue un porcentaje inferior al registrado en 2007, que se situaba en el 65%. Esta reducción se debió, sin embargo, a un problema puntual: la escasa pluviosidad de ese año provocó que las minicentrales bajaran su producción.

La comunidad autónoma también destaca por la producción de bioetanol a partir de cereales importados. Según el Inega, el 40,7% de todo lo que se produce en el Estado proviene de la comunidad gallega. En cuanto al gas natural su consumo se disparó un 120% en 2008 debido a la puesta en funcionamiento de las dos centrales de ciclo combinado y gas natural.