Miles de personas se manifestaron ayer en A Coruña durante la jornada de huelga general convocada por los sindicatos en contra de la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Rodríguez Zapatero. Unas 25.000 personas, según la estimación de los sindicatos, cerca de 8.000 contabilizó la Policía Local, tomaron ayer el centro de la ciudad para protestar por "los recortes de los derechos de los trabajadores" y en defensa de "los salarios, el empleo y los servicios públicos", tal y como destacaron los representantes sindicales en las diversas movilizaciones.

El apoyo de la ciudadanía coruñesa a la primera huelga general durante el Gobierno de Zapatero "ha sido mayor de lo esperado", según admitieron los sindicatos. Las tres manifestaciones que tuvieron lugar por separado -convocadas por CCOO y UGT, la CIG, y CGT-, paralizaron el tráfico en el centro de la ciudad desde las 12.00 horas hasta las 13.30 horas, cuando se restableció la normalidad en la Plaza de Ourense, después de cortar todos los carriles de la Avenida Primo de Rivera, Linares Rivas, Los Cantones y La Marina al paso de los miles de manifestantes.

"La huelga general en A Coruña ha sido un éxito rotundo que obligará al Gobierno a rectificar su política de improvisación", coincidieron en señalar los secretarios comarcales de UGT, Xosé Carrillo, y CCOO, José Manuel Lado, antes incluso de dar el pistoletazo de salida de la mayor manifestación de ayer en la ciudad. Ambos sindicatos reunieron a 15.000 personas bajo el lema Así non, rectificación xa, aunque, según la Policía Local la marcha que desfiló desde la Plaza de la Palloza hasta la Delegación del Gobierno congregó a 4.500 manifestantes. Con cierto retraso y menos júbilo de lo esperado la comitiva que secundaba a los secretarios comarcales de CCOO y UGT se puso en marcha detrás de otra pancarta, que rezaba: En defensa das pensións. Non ao atraso das xubilacións.

"Zapatero dimisión" fueron los primeros gritos de protesta que se escucharon, aunque resonaron tímidamente entre los pitidos y el ruido de los tambores y los petardos. "Mentiroso, mentiroso, oe, oe oe", fue otro de los pocos cánticos que corearon los manifestantes a su paso por Linares Rivas.

"El éxito de la huelga sois vosotros", exclamó Xosé Carrillo cuando la marcha llegó a la Delegación del Gobierno. "Esto obligará a cambiar la dinámica del Gobierno, porque no se puede improvisar en el día a día sobre la economía ni sobre los derechos de los trabajadores", criticó el representante de UGT, quien amenazó con más movilizaciones si no hay una rectificación por parte del Ejecutivo central. José Manuel Lado, a continuación, aseguró que los trabajadores "no van a permitir" que el Gobierno "meta la mano en la caja de las pensiones", porque son "los más interesados" en que se mantengan. El secretario comarcal de CCOO puntualizó también que esta huelga general sirvió para dos cosas: "Para obligar al Gobierno a rectificar su política y como revulsivo para la clase trabajadora, que despertó de su letargo para manifestarse cuando sea necesario". Al grito de "¡viva la clase trabajadora, viva la huelga general!" finalizó la intervención de los representantes sindicales y la masa de gente comenzó a dispersarse, no sin que más de uno echase en falta una despedida al compás de La Internacional.

La versión gallega de la canción más famosa del movimiento obrero seguida del himno de Galicia fue, sin embargo, el broche de oro de la manifestación de la CIG, que finalizaba cinco minutos después, a las 13.20 horas, delante de la Subdelegación del Gobierno.

La comitiva de la CIG salió desde la plaza de Vigo, punto de encuentro de los afiliados, simpatizantes y piquetes de la confederación intersindical. De manera pacífica y sin altercados, y amenizada con sonidos de gaitas y tambores al paso por la sede de la fundación Caixa Galicia, la marcha recorrió durante algo más de media hora las calles Marcial de Adalid, Linares Rivas y todos los carriles de Los Cantones hasta terminar en el edificio gubernamental.

Al grito de consignas como "Esta crise que a pague o capital" o "Os cartos dos banqueiros pra os salarios dos obreiros", avanzó la manifestación, encabezada por Paulo Carril, secretario comarcal de la CIG. Las protestas quedaron reflejadas también en no pocas pancartas sujetadas por los manifestantes, uno de ellos Carlos Aymerich, portavoz del BNG en el Parlamento gallego. Móvete en defensa da economía productiva e frente á especulación; En defensa dos postos de traballo; Non á discriminación laboral, nos aos ERE; o Políticos y sindicatos, los mismos pelagatos. UGT y Comisiones, nos tenéis hasta los cojones fueron algunos de los mensajes de insatisfacción, enfado y reclamación mostrados por los miles de personas -10.000 según la CIG y 3.500 según la Policía Local- que avanzaron por el centro de A Coruña .

Ya frente a la Subdelegación de Gobierno, Carril invirtió sus veinte minutos largos de discurso en subrayar el éxito de la manifestación y enfatizar sus ataques a los banqueros, empresarios y patronal como causantes de "todos los daños sufridos por la clase trabajadora" y de "echar abajo sus conquistas". Los momentos álgidos de su intervención fueron acompañados por aplausos y el mayor volumen que alcanzaron algunos de los lemas más vociferados. El tiempo respetó casi todo el discurso de Carril, pero los manifestantes acabaron cantando el himno de Galicia bajo una intensa lluvia.

Sindicato Labrego, en Betanzos

Betanzos congregó ayer a cientos de agricultores y ganaderos, a los que se sumaron personas ajenas al sector, para manifestarse en contra de la reforma laboral y para mantener "un rural vivo". La protesta estuvo acompañada por una caravana de tractores. El Sindicato Labrego Galego, que también organizó protestas en Ordes, Vilalba, A Estrada, y Ourense, movilizó a un millar de manifestantes.