-¿A Coruña vuelve a sacrificarse en beneficio de Galicia, como dijo el ex presidente de la Cámara de Comercio?

-Sí. A Coruña en muchas ocasiones en los años recientes ha cedido en beneficio del interés general. Al ser la ciudad con mayor peso económico y puntera en muchos aspectos, tiene que ceder más para buscar el equilibrio. La desaparición de la dirección general de Caixa Galicia de A Coruña va a tener consecuencias. Pero hay que hacer de la necesidad virtud, es necesario que A Coruña siga manteniendo el liderazgo económico.

-¿Y cómo se puede hacer?

-A Coruña tiene que reinventar su objetivo. Según las encuestas de Ardán, seguimos siendo una ciudad con un enorme peso empresarial. En nuestro entorno se están produciendo acontecimientos que, bien explotados, van a brindar la oportunidad de un crecimiento espectacular, como el puerto exterior, el polígono de Morás. Echo en falta que en A Coruña haya un mayor liderazgo empresarial. Echo en falta que en A Coruña no haya más iniciativas surgidas de la sociedad civil del ámbito económico que marquen objetivos y señalen directrices. No se está haciendo un trabajo de venta del territorio en términos empresariales y es un territorio de oportunidades. En un entorno industrial en declive como Bilbao se constituyó hace años un organismo como el Gran Bilbao, que es una mera asociación con poderes públicos y todas las empresas importantes del entorno y ha convertido la regeneración de la ría del Nervión en un espacio de oportunidades. Aquí se deberían atraer más empresas competitivas y que esa bolsa de suelo industrial sea aprovechada al servicio de un desarrollo empresarial. En ese sentido es donde creo que la desaparición de la dirección de Caixa Galicia de A Coruña va a tener efectos porque José Luis Méndez cumplió un papel muy importante y que haya salido de este proceso, no es bueno para la ciudad. Quedan otras muchas personas con capacidad de hacerlo y a ellas apelo.

-Volviendo a la fusión, Galicia sale beneficiada en esta operación, pero ¿no lo hace más Vigo o Caixanova?

-En Vigo va a estar la presidencia, la dirección general, el consejo de administración y la dirección comercial; la parte fundamental de la empresa. Para la economía gallega que los órganos de gobierno estén en una ciudad u otra es secundario, pero para la economía local no, porque las empresas en su entorno generan una masa crítica que tiene un efecto de atracción magnífico, y perderla es un problema.

-Y Caixa Galicia se va.

-En términos de dirección se va. Quedarán aquí Rúa Nueva y algunos edificios, pero se va y eso es un problema a aceptar y sobre el que hay que explorar las nuevas líneas de trabajo para la ciudad en el ámbito económico.

-Igual el próximo informe Ardán da otros resultados.

-Eso implicaría medir la aportación de cada empresa al producto final. En A Coruña quedan empresas muy relevantes y eso no va a cambiar en poco tiempo. Lo que sí se produce es una mutación en cuanto a las áreas con más importancia en la ciudad. Todavía queda una entidad financiera muy importante pero donde había dos, y una muy notable en España, queda una. Y eso es un hecho de consecuencias múltiples. Además de las económicas, habrá otras en los ámbitos relacionados con las cajas.

-¿A qué atribuye este final?

-Por un lado ha habido una convicción en todos los sectores de la sociedad de que una caja unificada era imprescindible. Las cajas estaban explorando otras operaciones, y a finales del año pasado se precipitó la reestructuración de manera distinta a lo planteado. La presión hacia una caja unificada eliminó otras opciones y, a poco de comenzar, una persona muy importante para el resultado final como era José Luis Méndez quedó excluido o se apartó él. A partir de ahí el proceso adquiere un rumbo diferente. En ese rumbo no hubo especial interés o visión para buscar un escenario final distinto. Se decidió ir en esta dirección y ha habido una especie de asentimiento tácito o más bien de renuncia a posiciones más activas, orientadas a un objetivo concreto.

-¿Fue un error de estrategia o hubo algo más? Caixa Galicia partió del apoyo a una operación paritaria y aunque sobre el papel pueda parecerlo, no lo es.

-Nadie considera que sea paritaria, sólo desde el punto de vista jurídico... El acuerdo por el que los directivos se autoposicionan es muy respetable pero no tiene valor. Lo interesante es el modelo de organización de la empresa que resulta. Y el modelo otorga menos relevancia a las iniciativas de A Coruña.

-Y a la caja más grande.

-Sí. La caja más grande ha decidido ser más pequeña y lo ha llevado a cabo. Se ha diluido en un proceso y más que se va a diluir ahora, cuando se produzcan las desinversiones. Una entidad que como las cajas no tiene que dar explicaciones a sus accionistas, ha tomado las decisiones que le han parecido más oportunas, en un resultado final no adecuado para los intereses de la ciudad.

-¿Qué responsabilidad tiene el Ayuntamiento de A Coruña?

-El Ayuntamiento no tiene nada que ver en el mundo financiero ni está sentado en su consejo ni ocupa ninguna posición en el organigrama. Y en este caso no tenía capacidad de liderarlo, se ha llevado directamente desde la Xunta con las entidades implicadas. Y para la Xunta es indiferente que la nueva entidad tenga un mayor peso en una ciudad u otra.

-Pero el alcalde de Vigo ha tenido un papel muy activo.

-En Vigo sí tuvieron presente que la posición de partida era desigual y que en un proceso que fuese meramente proporcional a los resultados anteriores la posición de partida de la caixa del sur era menos favorable. Allí han hecho una tarea inteligente para constituirse como lobby, primar su capacidad, su valor y su necesidad, y la verdad es que lo han hecho sin fisuras a lo largo de muchos meses hasta conseguir un resultado muy favorable.

-¿Y aquí? ¿La responsabilidad del proceso recae en Caixa Galicia por no pedir ese apoyo?

-No he escuchado que hayan apelado a otros interlocutores. Los directivos de Caixa Galicia han actuado de acuerdo con su leal saber y entender. Pero se ha demostrado que era menor que el de sus competidores. Si las cajas hubieran sido sociedades anónimas, donde los directivos responden ante los accionistas, probablemente esto se habría hecho sobre el valor en libros de las entidades o sobre acuerdos más transparentes y más fáciles de explicar a los accionistas. De hecho, esto aquí no se explica.

-¿José Luis Méndez debe dar explicaciones?

-José Luis Méndez se apartó y eso ha sido una pérdida para el proceso. No creo que desee opinar sobre algo en lo que no ha estado ya implicado directamente. ¿Si hubiese estado, hubiera sido distinto? No lo sé, pero sin duda es una persona con una experiencia en fusiones, ha protagonizado varias y tiene una idea estratégica nítida de lo que hay que hacer. Las razones por las que se apartó o tuvo que apartarse son personales, algunas se conocen y es él quien debe dar explicaciones si lo considera oportuno.

-Si se apartó por decisión propia tendrá que explicar por qué dejó todo en manos de otras personas, ¿no?

-Se apartó hace muchos meses.

-Y ¿se apartó o lo apartaron?

-(Risas) Hay muchos rumores y datos no oficiales. No quisiera contribuir a introducir confusión. Por las razones que fueran, se apartó al comienzo del proceso. Y a partir de ahí, ni ha hecho declaraciones ni ha jugado un papel directo en las negociaciones, que se han llevado en otro nivel, tanto en la Xunta como entre las dos entidades.

-Entonces, ¿algún otro directivo tiene que dar explicaciones?

-Creo que no es una cuestión de una persona, es un problema de cómo se ha planteado. El objetivo era lograr una fusión y como formaba parte casi de un clamor popular, no se explicitaron a fondo las condiciones. Los pasos fueron consolidando una posición de la que no se dio ninguna explicación. La asamblea de la caja no debatió esto. Se ha aceptado como una decisión irreversible, que es lo más llamativo sin un debate o análisis. Si no hay debate o análisis, difícilmente un equipo directivo se va a sentir mediatizado por opiniones distintas y ese ha sido el problema. Las cajas son tan públicas que no tienen a nadie que las dirija.

-Hay representantes de instituciones en el consejo de administración que podían haber tenido un papel más activo.

-Los órganos de la entidad han apoyado esa fusión sin fisuras, no ha habido confrontación. Se antepuso el objetivo final de la caja unificada a otras consideraciones. Queda lo que está a la vista; una entidad cuyos órganos principales están en otra ciudad y aquí quedan órganos secundarios y siendo las cajas entidades tan vinculadas al territorio, va a tener consecuencias en la ciudad; pérdida de interlocución financiera, accesibilidad, que es lo que al final empresarios y particulares irán notando en el futuro.

-¿Qué le pareció que ante la situación supuestamente comprometida de las cuentas de Caixa Galicia y el rumor de la intervención del Banco de España, nadie dijese nada?

-Es muy llamativo. Estuve en reuniones en las que se habló mucho de esto. Estos rumores no se han confirmado, no ha habido intervención, y no parece que haya un problema especialmente serio. Lo que es llamativo es que no se hiciese ningún esfuerzo por desmentirlo en una sociedad donde la imagen es un valor impagable y se dedican cuantiosas sumas a promocionar la imagen de cualquier entidad. Es sorprendente que no se haya tenido el interés de cortar rumores que siempre hacen daño y que se han manejado, me consta, en el propio proceso de la fusión y han tenido un coste.

-El rumor era que Caixa Galicia tenía que ceder porque sus cuentas no eran buenas y que el Banco de España vetaba a José Luis Méndez. Caixa Galicia calla y al final cede y Méndez sale del proceso ¿El que calla otorga y el tiempo ha confirmado esos rumores?

-El tiempo al final ha transformado rumores en hechos con consecuencias y es llamativo que ese proceso se haya llevado de una manera tan poco beneficiosa para los intereses de la ciudad. El proceso va a tener una continuidad y eso no va a aportar valor a A Coruña y su entorno.

-¿Es el único en A Coruña que piensa así? Porque nadie dice esto en público.

-(Risas) Escucho estos puntos de vista desde hace muchos meses en personas muy diversas, que trabajan en empresas, en la Universidad, en los servicios públicos y en la política. Y en privado esta conversación es habitual. En torno a esa sorpresa por el silencio durante tanto tiempo, preocupación por las consecuencias de la fusión y una cierta incertidumbre al considerar que cierto papel de directivo de la política económica local que siempre tuvo Caixa Galicia y su director, en este momento nadie lo está asumiendo.

-Hay consejeros en Caixa Galicia de su partido, como Fernández Moreda o Mar Barcón que niegan la mayor.

-Tal vez yo esté equivocado y todos los que hablan conmigo, pero quienes opinamos de esta manera lo hacemos en base a unos datos y con la responsabilidad de saber que se ha adoptado una decisión que puede ser muy beneficiosa para Galicia y la responsabilidad que tenemos ante nuestros conciudadanos que nos van a preguntar ¿Cómo fue esto? ¿Qué ocurrió? Los hechos hay que entenderlos, ser conscientes de sus consecuencias.

-¿Se considera un analista de cuestiones nuevas con planteamientos anticuados, como dice Mar Barcón?

-Si tener un planteamiento anticuado es estar preocupado por los intereses de A Coruña, me reconozco anticuado. He estado muchos años en la política local y siempre he tenido la misma visión de que la ciudad debe ser competitiva. Cuando llegamos a esta ciudad, era una ciudad en declive económico y social, sin liderazgo y se transformó con aciertos y errores y ha mantenido la pujanza a lo largo de muchos años. Lo de analizar las ideas nuevas... Creo que lo que es un verdadero problema es no querer ver la realidad.

-¿Ha hablado de esto con sus compañeros de partido?

-Con algunos lo he hablado muchas veces y no tenemos posiciones totalmente coincidentes, pero esto no es una verdad revelada. El tiempo a corto plazo va a dar y a quitar razones. No me preocupa discrepar. Creo que es bueno que se hable de estos asuntos y si algo ha pasado en este proceso es que en A Coruña no se habló suficientemente de las consecuencias que esto tenía y de la manera de minimizarlas o en todo caso de potenciar las oportunidades, que también las había.

-¿Mar Barcón y Moreda en el consejo garantizan la defensa de la ciudad?

-Los consejos no están para defender los problemas locales. Confío plenamente en que mis correligionarios mantengan la suficiente capacidad para detectar cualquier disfunción que se pueda producir. Las cajas están en manos de equipos profesionales muy solventes.

-¿Qué cabe esperar del proceso transitorio?

-Es un periodo transitorio a un lugar ya definido previamente, no va a haber dentro de tres años un giro de 180 grados. El presidente de la Xunta defiende la necesidad de abreviar ese proceso a un año porque el proceso de interinidad es malo para las propias empresas cuando la competitividad está disparada. Lo que vaya a ocurrir acabado el periodo transitorio va a ser lo que se defina ahora mismo. De la dirección de Caixa Galicia ya está decidido quién estará y los que ahora no están no van a estar.

-¿Por qué el Banco de España puso tantos condicionantes?

-Porque va a aportar una cantidad muy importante y porque probablemente tenía un escenario final de las cajas y la realidad ha dado lugar a lo que conocemos ahora. Ese escenario no está cerrado y va a seguir habiendo movimientos. No tengo constancia de que se hayan puesto más condicionantes aquí que en otras fusiones. Podemos deducir lo que ha ocurrido. De posibles intervenciones con argumentos más personales no tenemos constancia. Nadie se ha quejado hasta ahora de las imposiciones del Banco de España.