Las empresas familiares gallegas, que hoy celebran su asamblea anual en A Coruña, se consideran discriminadas en relación a otras comunidades por tener que seguir pagando el impuesto de patrimonio y el impuesto de sociedades. La Asociación Gallega de la Empresa Familiar (AGET) asegura que los tiempos impositivos del régimen general de ambos impuestos son de los más elevados de España y suponen una carga para la competitividad de la economía gallega, por lo que reclaman su suspensión como ya han hecho las comunidades de Madrid, Navarra, País Vasco, Valencia, Murcia, Castilla y león, Castilla-La Mancha, La Rioja y Cataluña.

AGEF advierte que esta situación provoca un serio problema de competitividad de las compañías gallegas en relación a otras comunidades. Esta reivindicación de los empresarios gallegos viene de lejos, pero se ha visto reavivada después de que la Generalitat de Catalunya anunciase su intención de rebajar el impuesto de sucesiones de manera inmediata. AGEF señala que "en Galicia urge la reducción de la carga fiscal que suponen los impuestos de patrimonio o sucesión para incentivar la inversión o crear empleo".

La suspensión de este impuesto fue una promesa del PP en las últimas elecciones autonómicas que no se concretó.