Antes de la eclosión de las llamadas fuentes limpias, Galicia era ya una de las principales productoras de energía en el país. Las térmicas de Meirama y, sobre todo, As Pontes funcionaron durante mucho tiempo como joyas de la corona para el sector eléctrico español, con más de 2.000 megavatios (MW) instalados. Luego llegó el furor de la eólica, que, junto con la histórica apuesta por la explotación de los ríos, impulsó al territorio gallego como referente en la generación con renovables. Muy por encima de lo que hogares e industrias necesitan aquí para su día a día. Como la automoción, el textil o la piedra, la electricidad tiene un lugar privilegiado en la balanza comercial autonómica y su evolución marca directamente la trayectoria del Producto Interior Bruto (PIB). El de 2010, de mucha lluvia y grandes temporales, fue un muy buen año para la exportación energética desde Galicia. Más de una cuarta parte, un 28,6% de la electricidad, salió hacia otros mercados nacionales y Portugal.

En total, 8.366 gigavatios hora (GWh), según recoge el balance anual de Red Eléctrica de España (REE). Hasta un 24% más que en 2009. Aunque el volumen de electricidad exportada se quedó lejos del récord histórico -el de 2003, cuando el saldo de intercambios se disparó en Galicia hasta los 10.188 GWh-, sí supone uno de los mejores registros de la década, impulsado por las condiciones meteorológicas y pese a que el consumo interno experimentó una cierta recuperación con respecto a la enorme caída del ejercicio anterior ante la paralización de la actividad económica. De ese descenso de casi el 4% en la demanda en Galicia en 2009 a un alza del 3,6% el pasado 2010.

Más de la mitad de la electricidad que se lanzó fuera, alrededor de 4.800 GWh, estaba dirigida al centro peninsular a través de la línea que Galicia tiene con la Meseta. Madrid es una de las grandes paradojas del sistema energético nacional. La comunidad que menos producción propia tiene y, a la vez, la que más consume. Otros 1.031 GWh tomaron el camino del norte, en el enlace con Asturias. El resto, unos 2.500 GWh, salieron por la interconexión internacional con Portugal.

Los tres tendidos por los que la comunidad evacua su producción están en plena fase de fortalecimiento. Con un doble objetivo. El de reforzar las garantías de suministro interno -la importancia de contar con un buen esqueleto eléctrico quedó patente durante el azote de la ciclogénesis explosiva Klaus en enero de 2009, lo que evitó que el apagón fuera generalizado en toda Galicia y durante más tiempo- y prepararse ante el incremento de la producción que se avecina con la entrada en funcionamiento de los más de 2.300 MW repartidos en el concurso eólico de la Xunta y el hueco que se busca, a más largo plazo, para nuevas tecnologías, como el aprovechamiento de las olas. Aunque la previsión que maneja internamente la Consellería de Industria apunta a que los primeros nuevos parques no llegarán hasta 2014 -los promotores consideran que a partir de 2015-, el primero de los proyectos de mejora, para el eje con la Meseta, concluirá, según los cálculos de REE, a finales del próximo año. En 2014 le llegará el turno al tendido hacia Asturias y también en el cierre de 2015 la nueva interconexión internacional con el mercado luso.

Junto con Galicia, las otras comunidades más exportadoras de electricidad son Extremadura, por encima de los 15.000 GWh en 2010; alrededor de 12.600 salieron de Castilla y León; casi 12.000 en Castilla-La Mancha; Aragón superó ligeramente a la comunidad gallega, con 8.600. Navarra, Murcia, La Rioja y Asturias producen también más de lo que necesitan para la demanda de su población. Todo lo contrario que Madrid, que importó 29.200 GWh; por encima de 10.800 el País Vasco; hasta 5.600 en Cataluña; 4.700 en Comunidad Valenciana; 3.000 en Cantabria; y casi 900 en Andalucía.

La clave del buen comportamiento del sector en Galicia durante el pasado ejercicio está básicamente en la producción hidráulica, que rozó los 11.000 GWh, más del 37% de toda la generación de energía. La eólica representó un 29%. Y el carbón, con las plantas de As Pontes y Meirama, un 20%. Los ciclos combinados, pese a todo el impulso que se les dio en su nacimiento, se quedaron en un discreto 7,65%. La producción al completo en Galicia alcanzó los 29.250 GWh.