La crisis sigue pasando factura, o mejor facturas, a los hogares gallegos. Tantas, que muchos han llegado a no poder pagar la hipoteca o el alquiler y se han quedado sin casa. A pesar de la disminución de los expedientes de regulación de empleo, solo durante el primer semestre de este año, una media de trece personas -con sus respectivas familias- perdieron cada día su hogar a través de la notificación de un desahucio, en el caso de los alquileres, o de una ejecución hipotecaria auspiciada por el banco o caja con el que sellaron un compromiso para adquirir su vivienda.

Las cifras que recoge el informe trimestral del Consejo General del Poder Judicial demuestran que durante el primer semestre de este año, los juzgados obligaron al desahucio de 1.152 viviendas, lo que representa prácticamente un diez por ciento más que las órdenes ejecutadas durante el mismo período de 2010, cuando ascendieron a 1.049.

Lo mismo ocurre con las denominadas ejecuciones hipotecarias -embargos de casa por no pagar la los recibos de la hipoteca-, que sufrieron los titulares y habitantes de 1.159 viviendas, casi un diez por ciento más que las 1.024 registradas entre enero y junio del año pasado.

Si en 2010 en total habían sido despojadas de su vivienda 3.829 personas -o familias-, de mantenerse la tendencia de los primeros seis meses de este año hasta que 2011 finalice, la cifra de desalojos podría incrementarse en un 22%, aunque en los últimos años, según los datos del Consejo General del Poder Judicial, la progresión suele ralentizarse en el segundo semestre.

Las tradicionales diferencias demográficas entre el Eixo Atlántico y la Galicia interior vuelven a reproducirse cuando se analiza la cifra de impagos. Pontevedra y A Coruña lideran tan dudosa lista, aunque no resulta sorprendente por cuanto su población, al igual que su mercado inmobiliario, es superior al de las de Lugo y Ourense.

En el caso de Pontevedra -la provincia que registra el mayor número de desalojos-, hasta el 30 de junio se presentaron 532 ejecuciones hipotecarias, a las que hay que asumir los desahucios por impagos de alquiler de 421 viviendas. Es decir, 953 familias perdieron su hogar en solo seis meses, mientras que el año pasado, en ese mismo periodo de tiempo, tuvieron que afrontar esa dramática situación 815.

Por lo que respecta a A Coruña, sigue, con 933 desalojos, muy de cerca a Pontevedra, debido a 470 embargos de pisos por impago al banco o a la caja y 463 desahucios de inquilinos. La cifra del año pasado, 854, era también inferior.

Aunque los perjudicados no fueron tantos, tampoco Lugo y Ourense se salvan. De hecho, en números absolutos, registran el mismo incremento. En la primera, el impago provocó 230 desalojos entre enero y junio -106 embargos y 124 desahucios-, once más que el periodo de referencia de 2010, y en la segunda fueron despojadas de su hogar 221 familias, también once más que durante el pasado año.

Aunque los datos de desalojo siguen al alza -a pesar de que las entidades bancarias identificaban a Galicia como una de las comunidades en las que menos imperaba la morosidad-, no ocurre lo mismo con las cifras sobre embargos, no solamente relativos al impago reiterado de plazos de hipoteca.

Estos embargos generales, que se producen cuando los juzgados deciden retener un bien para hacer frente a una obligación pecuniaria, han caído a lo largo del primer semestre del año en comparación con lo que ocurría durante ese período de 2010, pasando de 3.039 a 2.610, una disminución más que significativa, ya que supera el 14%.

Si en Galicia más gallegos perdieron la vivienda -fuera por embargo o por desahucio- no ocurrió lo mismo con el resto del Estado. En el primer semestre del año, hasta 32.010 familias fueron desahuciadas, un 28% más que en los mismos meses de 2010, pero en cambio, disminuyeron los embargos de pisos un 19%, hasta los 42.242.