A José María Arias Mosquera se le ve moderadamente satisfecho de haber cerrado la venta de la entidad que preside al quinto banco español por volumen de activos. Como ya dijo en la presentación de la operación en Madrid, no se siente cola de león, sino parte de "un león entero", de una entidad en la que, destaca, el capital gallego tendrá un 18% del accionariado, una cuestión, dice, de "extraordinaria importancia". El máximo directivo de la entidad gallega con 234 años de historia describe cómo hace un año empezó a cambiar de opinión sobre la oportunidad de una unión que "bastantes entidades" llevan años proponiéndole. Y es que el Pastor siempre se había marcado como máxima que de participar en una fusión, sería para llevar el control de la entidad resultante. El cierre de los mercados a la financiación, la concentración impuesta por el decreto de solvencia y una oferta ventajosa para el accionista por parte del Popular explican la decisión. Con la misma diplomacia con la que rechaza hablar de la fusión de las cajas y de las retribuciones de sus directivos, José María Arias sale al paso de las críticas que escucha dentro de Galicia a la venta de la entidad: "La galleguidad es una cuestión de todos".

-¿Han definido ya con el presidente de Banco Popular, Ángel Ron, qué función tendrá como vicepresidente en la nueva entidad?

-No es un tema de especial trascendencia. Voy a formar parte de la comisión ejecutiva del nuevo banco, que está integrada sólo por ejecutivos. Voy seguir trabajando por este proyecto a tope, desde otra perspectiva. He tomado las decisiones desde el punto de vista de la propiedad y lo que me interesó es adónde va a ir Banco Pastor, con quién, cómo y cuáles son las condiciones. Mi posición nunca me ha preocupado, al contrario de lo que ha ocurrido en otras operaciones.

-El día de la presentación dijo que la nueva entidad viene dispuesta a dar muchos bocados. ¿Cuál es la meta?

-Nuestro objetivo es ganar cuota de mercado en Galicia a corto plazo. El momento que se está produciendo en este país es extraordinario. Esta operación se hace para que de ella salga una entidad mucho más grande, más fuerte, solvente y con mucha más penetración en los mercados, y Galicia es un mercado estratégico. En el último año hemos ganado un punto de cuota de mercado y esperamos llegar al 20% del mercado gallego en dos años.

-Así que siguen notando el impacto de la reestructuración de las cajas en Galicia.

-Llevamos dos años notándolo. El año pasado Banco Pastor fue líder en pymes en número de operaciones y por volumen de concesión. Si a eso le sumamos la cuota de mercado de Banco Popular, que es una entidad muy parecida en filosofía, cultura y estructura al Banco Pastor y que está muy orientada a pymes, la capacidad de crecimiento es exponencial. El año que viene seguiremos siendo líderes en pymes sin duda alguna.

-Ron dijo que estudiaba que alguno de los departamentos de los servicios centrales se quedase en A Coruña para mitigar la pérdida de puestos de trabajo. ¿Cuál podrá ser?

-Los equipos de integración están trabajando y tendremos una fotografía cuando la integración esté culminada. Lo principal es que esta operación debe hacerse sin ningún trauma, y aprovechando al máximo el talento que hay en Banco Pastor, que es mucho. El objetivo es crear departamentos operativos aquí más que para toda España, para toda la península ibérica y luego hay una serie de unidades en las que la prioridad de integración es menos importante que otras por la enorme función que están desarrollando. Si me está preguntando si me puedo anticipar, a mí las adivinanzas se me dan fatal.

-¿Acudirá la Fundación Barrié a la emisión de convertibles?

-Eso lo tiene que decir la junta del patronato pero no hay nada predeterminado de momento.

-Sería lo previsible si se pretende mantener su peso accionarial en el banco, ¿no?

-Sí, pero los recursos propios del banco son de 8.500 o 9.000 millones, y se habla de una emisión de hasta 700 millones de convertibles, por lo que estaríamos hablando de una emisión por 10% del capital, y aún no está del todo definida. La cifra tampoco es exagerada en cuanto al reparto accionarial.

-¿Cuál será el coste de la operación?

-No está fijado todavía porque no se ha determinado cómo se convertirían esas obligaciones. Hay que concretar la rentabilidad, los plazos de conversión, ecuación de canje de la conversión...

-La OPA tiene que ser aceptada por el 75% de los accionistas, ¿cuántos han aceptado?

-En firme, el núcleo duro del accionariado, tres socios que representan el 52% del capital y ha habido comentarios de una serie de accionistas que permiten pensar que se supera el 62 o 63% hoy en día. Habrá que esperar al resultado final de la OPA.

-Llegarán sin problemas al mínimo exigido, ¿no?

-Yo nunca doy nada por supuesto, que es lo mejor en esta vida, pero parece que lo más razonable es que la OPA alcance un éxito más allá del 75%. La operación es extraordinariamente rentable para el accionista.

-¿Cuándo le plantearon la operación al presidente de la Xunta?

-Antes de que la hiciéramos oficial y después de la suspensión de la cotización por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV.) Mi objetivo era explicarle los términos de la operación y su resultado final antes de que se hiciera pública, pero la suspensión de la cotización por la CNMV lo impidió.

-¿Qué le parecieron esas reticencias iniciales de la Xunta?

-Creo que el presidente de la Xunta enfocó con claridad la operación. Son cuestiones puramente empresariales, que nacen y se desarrollan en esta órbita y hay que dejarlas que actúen en ese ámbito, sin ningún tipo de injerencia política. Lo entendió perfectamente desde el primer momento. Su preocupación era el resultado final de la operación, qué sinergias y qué ventajas se producirían para Galicia y una vez explicado pormenorizadamente (durante más de dos horas), lo entendió perfectamente y no tuvo más que palabras positivas.

-¿En qué consiste la galleguidad en el ámbito financiero?

-Estriba en quién tiene la propiedad de una institución y donde quiera que esté. Que el 18% del capital del quinto grupo del panorama financiero español sea gallego es extraordinariamente importante y es lo que realmente está determinando la galleguidad. Voy a darle una respuesta a lo Kennedy: La galleguidad de una empresa depende de los gallegos. Si los gallegos quieren tener empresas, independientemente de dónde radiquen, el mecanismo de inversión lo tienen en sus manos, que inviertan. Esto es una labor de todos. La galleguidad no es cuestión de una empresa, de una institución, de un grupo político; es de todos. Lo que hay que preguntar a los gallegos es qué quieren para Galicia y una vez que lo determinen, miren a ver cómo pueden hacerlo. Lo que no pueden es esperar a que venga alguien de fuera a resolverle sus problemas.

-Los grandes empresarios son los que tienen capital para invertir pero en los últimos tiempos no ha habido grandes movimientos.

-Nosotros estamos enormemente orgullosos de tener 50.000 accionistas gallegos sin grandes, enormes paquetes. Al final muchos pocos hacen mucho. Es importante preguntarle a la sociedad gallega qué quiere para Galicia y qué puede hacer para conseguirlo. No es un problema de terceros. En estos casos es la sociedad gallega la que tiene que dirigir su destino.

-¿Quién representa a esa sociedad gallega?

-Pues yo creo que en el fondo los propios gallegos tienen muchos mecanismos y armas de representación. Estos temas han surgido en otros países y se han canalizado de otras maneras.

-Ahí al lado tenemos un ejemplo de algo que quería la sociedad gallega, que era la fusión de las cajas, y que la Xunta lideró. ¿Cómo cree que lo gestionó?

-Nunca he hablado de la fusión de las cajas y no voy a hablar ahora. Cada uno tendrá que juzgar sus actuaciones y valorar.

-En la presentación de la unión dijo que las fusiones hechas con el corazón están condenadas al fracaso y todos interpretamos que se refería a la Xunta.

-(Risas) No voy a dirigir un dedo acusador ni muchísimo menos. En el mundo empresarial tiene que funcionar siempre la cabeza, lo siento mucho. Los números son muy fríos, los mercados son despiadados, lo que cuenta son una serie de parámetros y el resto queda fuera. Si te apartas de las reglas de juego, lo más probable es que los mercados te expulsen.

-¿Qué le parece la polémica sobre las indemnizaciones millonarias a directivos de Novacaixagalicia?

-(Sonríe) No voy a opinar. Diré sólo que es una pregunta que debería hacerse el consejo de administración de las dos entidades, son ellos los que tienen que responder, porque ese es parte de su trabajo.

-En Madrid insisten en decir que el Popular ha pagado demasiado por la compra... Casi les comparan con una caja de ahorros . ¿Todo esto le ofende?

-Se han puesto ejemplos de valoraciones de entidades que nada tienen que ver con esta operación o con la posición de esta entidad. Lo he dicho en numerosas ocasiones y la gente o no lo entiende o no lo quiere entender. Ésta es una institución sólida, saneada y rentable y que se está defendiendo extraordinariamente bien de la crisis sin ningún tipo de ayuda. La decisión surge cuando en menos de 24 meses cambia completamente el panorama financiero español y pasamos de ocupar el puesto 17 de más de 60 entidades financieras a las últimas posiciones, y tras un proceso artificial de concentración. Eso y que el entorno se muestra extraordinariamente sensible al tamaño hace que en noviembre me empiece a plantear muy en serio la operación y cambie la estrategia para adaptarme al nuevo entorno. Mi reflexión entonces fue que si los mercados se cerraban, como así ocurrió, sin financiación a las entidades financieras no puede fluir el crédito y sin eso, no hay recuperación. Esto es lo que me hace cambiar una estrategia mantenida a lo largo del pasado para enfrentarme a los nuevos tiempos. Y esto es lo que ha movido a la propiedad a tomar esta decisión, no ninguna necesidad, como iremos viendo en la cuenta de resultados de este trimestre y el que viene.

-¿Qué cree que le dirían sus antepasados ante este momento y con esta operación después de 234 años de historia?

-Eso es entrar en el terreno de las fabulaciones. La persona a la que conocí en profundidad, que fue la anterior presidenta, Carmela Arias, era una persona extremadamente práctica. Habría apoyado sin duda alguna mi decisión porque beneficia a los accionistas, en el medio plazo a la entidad y beneficia a nuestros clientes y si ella tenía claras estas tres premisas, habría actuado en consecuencia. Creo recordar que no le tembló la mano cuando apañó la fusión de Fenosa con Unión Eléctrica Madrileña o cuando tomó determinadas decisiones como la venta de Gas Madrid a Gas Natural. Era una mujer muy inteligente y sabía en cada caso qué decisión había que tomar.

-Pedro Barrié también intentó una fusión que no prosperó...

-Lo hizo en los años cincuentaytantos y la operación se deshizo... Eran grandes empresarios y supieron adaptarse a las situaciones de cada momento. Lo habrían entendido. Esta operación es fruto de la valentía, de la oportunidad y de la estrategia.

-En las negociaciones que finalmente concluyeron con el Banco Popular participaron otras entidades...

-Todos hemos firmado acuerdos de estricta confidencialidad que nos impiden revelar nombres ni personas, ni datos ni cifras. Nunca puede salir a la luz. Estas operaciones hay que hacerlas en silencio y revelarlas cuando se cierran. Los procesos muy largos debilitan a las instituciones

-¿Cuántas entidades se le acercaron?

-Bastantes. Banco Pastor siempre ha sido una entidad muy atractiva, por su solidez, por su solvencia y por su rentabilidad. Tenemos el tercer mejor margen de la banca española con una estrategia muy bien orientada y un balance muy equilibrado y eso hace que seamos muy atractivos.

-¿Cree posible a largo plazo una fusión entre el Pastor-Popular y NCG Banco?

-No me gusta el terreno de las especulaciones. Trato de anticiparme siempre porque en esta vida nunca hay sitio para el que llega de segundo.

-¿Qué le pareció lo que dijo José Manuel Lara sobre la dote demasiado cara que le pagó el Popular?

-(Risas). Que la dote está en función de la calidad de la novia y esta novia está cañón.