La Unión Europea avanza lentamente hacia un acuerdo anticrisis, que se espera reúna las medidas suficientes para sacar a la eurozona de sus graves problemas y que los líderes europeos quieren cerrar en su reunión del próximo miércoles.

La canciller alemana, Angela Merkel, venía advirtiendo en la antesala de las cumbres de la UE y de la eurozona que no se podía esperar un acuerdo este domingo y hoy ha vuelto a insistir en que no habrá un resultado hasta dentro de tres días.

Hasta el momento, no se ha logrado cerrar por completo ningún "instrumento" del gran plan anticrisis, salvo dos de la hoja de ruta del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, referidos a la creación de una gobernanza integrada y a la aceleración de las políticas de estabilidad y crecimiento.

"Confiamos en lograr un acuerdo el miércoles", afirmó el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, al término de la cumbre de los Veintisiete, a la que siguió una de los 17 países que comparten la moneda única.

Para conseguir este objetivo, se ha convocado para el miércoles tres reuniones: primero una de los ministros de Finanzas de los Veintisiete, después un Consejo Europeo y por último una cumbre de líderes de la eurozona.

En cualquier caso, hasta el miércoles queda trabajo por hacer. La segunda ronda de recapitalización de la gran banca europea está casi cerrada, porque ya hay un consenso sobre el ratio de capital de máxima calidad -un 9 %- y el importe que supondrá -algo más de 100.000 millones de euros-.

Pero quedan abiertos dos importantes "instrumentos" del pacto global anticrisis: el reforzamiento del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y la aprobación de un nuevo segundo rescate para Grecia, con una mayor condonación de la deuda por parte de los acreedores y, según el caso, más ayudas de la UE y del FMI.

Donde sí han avanzado los líderes europeos es en la configuración del modelo que se empleará para reforzar la capacidad de intervención del FEEF, explicó Sarkozy, mientras que Merkel confirmó que ya hay solo dos opciones sobre la mesa y que "ninguno implica al Banco Central Europeo", porque los tratados lo impiden.